Otra brutal represión por parte del nuevo gobierno boliviano provoca la muerte de otras diez personas, todos seguidores de Evo Morales. El violento suceso se dio en el predio de una refinería de YPFB, en Senkata.
Los manifestantes intentaron bloquear la salida de camiones cisterna hacia La Paz, lo que desató la salvaje represión de la Policía. Horas después, los movilizados derribaron unos muros del complejo de la YPFB y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, que respondieron con disparos de fuego, ocasionando más de 30 heridos.
Según reportan las autoridades, tres de los fallecidos sufrieron heridas de arma de fuego, lo que prueba la brutal represión por parte de la Policía y el uso ilegal de armas de fuego para dispersar a los manifestantes.
Desde las Fuerzas Armadas aseguraron que habían recibido información sobre el riesgo de la toma y destrucción de la refinería de YPFB, por lo que intervinieron en el lugar.
Tanto militares como policías realizan operaciones en conjunto desde el 11 de noviembre, día del Golpe de Estado, para “frenar la violencia en el país”.
Desde la votación del 20 de octubre que desató la polémica y acusación de fraude por parte de Evo Morales, han muerto al menos 34 personas y más de 700 han resultado heridas, según datos oficiales.
