Finalmente, este miércoles llegó el momento de regresar a la casa, y Santiago del Moro le informó que no tiene prohíbido hablar sobre lo que observó en su estadía del SUM, pero todo dependerá de la estrategia que quiera armar con la información que obtuvo en las últimas horas.
«Está en vos lo que querés contar y lo que no. Fijate qué carta querés usar», le reiteró el conductor de Gran Hermano.
Como cada noche, Santiago del Moro se conectó con los jugadores para saludarlos e informarles que esta noche se definirá quién se lleva la tan esperada casa.
Después de unos minutos, y de las preguntas de los participantes en relación a la salida de Agostina y el teléfono rojo, el conductor le anunció que tenía algo que anunciarles, y fue entonces que la policía ingresó.
«Viene a la puerta», apuntó Furia de inmediato. Fue entonces que Agostina salió del SUN y les preguntó: «¿Me extrañaron? Los vi 24/7… los vi eh, los vi a todos. Escuché todas las conversaciones, ojo», aunque todos saltaron a abrazarla, Furia se quedó a un costado con su cabrita en shock, y confundida con la situación.
Agostina se le paró al frente la saludó y le dijo: «Escuché todo lo que dijiste» y Juliana le contestó con sarcasmo: «Ay, qué lástima». Y más adelante la policía les dijo a todos: «Se ven increíble en la televisión», reveló con euforia.
Más adelante, Agostina le dijo a Furia que la vio cuando fue al confesionario, y ella se defendió: «Sí, fui a pedir algo porque me dolían los ovarios», le respondió notablemente incómoda con la situación. Y le tiró en cara: «Sí, pero te digo que vi todo, me dejaron ver todo y escuchar todo lo que hablaban», insistió.
Durante esos primeros minutos, mientras la policía tenía la atención de todos, Furia prefirió mantenerse aislada del grupo, prestando atención a cada una de sus palabras y evitando caer en sus provocaciones.