El gremialista señaló que el problema es que tienen las cámaras llenas de mercadería que les resulta difícil colocar en el mercado internacional, y por eso buscaron el atajo de culparlos a ellos, según publica Radio Chubut.
Además, reconoció que se realizaron asambleas que podrían perjudicar el trabajo de las plantas, pero argumentó que es por falta de espacio físico.
Finalmente, aclaró que la única medida de fuerza que hay en el sector es con el SUPA, gremio que nuclea a los estibadores.