El prefecto asesinado era líder de un grupo de rock cristiano

Tenía 34 años y lo mataron de un balazo en el pecho en la localidad de Puerto Deseado, Santa Cruz. Cumplía funciones en la Prefectura desde 2005 y era muy querido dentro de la fuerza….

sábado 11/04/2020 - 21:52
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Tenía 34 años y lo mataron de un balazo en el pecho en la localidad de Puerto Deseado, Santa Cruz. Cumplía funciones en la Prefectura desde 2005 y era muy querido dentro de la fuerza. En medio del aislamiento obligatorio, autorizaron a velarlo durante dos horas en la iglesia evangélica de la que era un ferviente devoto.

“Richy participó en el Operativo Cinturón Sur hace unos años en las villas de la ciudad de Buenos Aires y no le pasó nada. Ahora justo lo mataron de la forma más absurda durante un control y en un lugar en el que nos conocemos todos. Es increíble. Es una ironía de la vida”, así describió a Infobae un prefecto -que no quiso dar su nombre- el crimen de su compañero Ricardo Soto, el cabo primero que fue asesinado de un tiro en el pecho por un joven que quiso evadir un control por la cuarentena en la localidad santacruceña de Puerto Deseado. Un asesinato que caló hondo, golpeó a toda la fuerza y sacudió al pequeño municipio del sur argentino.

Nacido hace 34 años en Camarones, Chubut, Richy ingresó a la Prefectura Naval en 2005 y desde entonces cumplió funciones en Puerto Deseado, donde se instaló definitivamente y se convirtió en una persona muy querida. Primero empezó haciendo guardias y luego se dedicó a trabajar como interno haciendo tareas de mantenimiento. Debido a la situación generada por el aislamiento obligatorio y todo el caos derivado del coronavirus, muchos efectivos de la fuerza fueron destinados en las últimas semanas a patrullar las calles para controlar que la población cumpla con el decreto presidencial. Operativos que incluyeron a Soto.

“Era una persona excelente. Siempre con una sonrisa y dispuesto a ayudar. Nunca tenía un problema y en serio lo querían todos. No lo digo porque se murió pero era un gran compañero. Es tremendo lo que pasó y todavía no lo podemos creer”, dijo a este medio Roberto Denis, otro prefecto y amigo de Ricardo dentro de la fuerza de seguridad.

El cabo de 34 años, fanático de Boca Juniors, era soltero, no estaba en pareja y su familia -toda residente en Camarones- está compuesta por su mamá, su papá, un hermano, una hermana y varios sobrinos. Con todos mantenía contacto pero su vida estaba en Puerto Deseado. Allí tenía muchos amigos, incluida Silvina Gendana, miembro de la Prefectura y compañera de Richy dentro de la iglesia “Jesús Te Ama”, un centro religioso “en el que profesaban la fe cristiana y del cual eran muy devotos”, contó una fuente municipal a Infobae.

En diálogo con este medio, Silvina no se privó en elogiar a su amigo y expresar la conmoción por el brutal crimen ocurrido durante el control policial. “Era un buen pibe, motivaba a otros jóvenes en las redes sociales. No lo puedo entender”, dijo la mujer. De hecho, la última publicación en su Facebook es un video dedicado a su tía y a todos los niños que padecen autismo, en el que les reproduce y canta una canción de su autoría.

Es que además de su labor como prefecto y en el seno de la iglesia cristiana, Richy además era guitarrista y líder de Mekaddesh, una banda de rock cristiano muy conocida en Puerto Deseado. En sus redes sociales se lo puede observar a Soto siempre al lado de una guitarra, con platillos de una batería o con el micrófono en la mano.

A su muerte aún no le encuentran explicación. De hecho, según pudo saber Infobae a través de fuentes oficiales, el joven que le disparó también era integrante de una familia conocida dentro de la pequeña localidad. “No sabemos qué pudo pasar. Él era también muy tranquilo y no sabemos por qué reaccionó así», señalaron a este medio. Desde el Municipio también destacaron la trayectoria de Soto y lo que significaba dentro de la fuerza. En las redes sociales también se dio a conocer un emotivo video de varios prefectos en el que le rindieron un homenaje a Richy y le dedicaron unas sentidas palabras.

“Les agradecemos de parte. El pecho se nos agranda al saber que no estamos solos. Ni nosotros, ni ustedes. Ni tampoco los ciudadanos que estamos para cuidarlos. Por eso estamos acá”, dijo un jefe policial.

El impacto fue grande. Al punto de que por su muerte ocurrió algo inédito. Las autoridades concedieron el permiso que para que Richy fuera velado, algo que en tiempos de cuarentena está prohibido. El velatorio duró sólo dos horas y en la iglesia en la que el prefecto profesaba su fe.

“No podrán estar más de 15 personas en el recinto, es que; podrán ingresar y permanecer no más de dos minutos para dar lugar a las demás personas, hermanos, amigos, compañeros de trabajo e incluso autoridades”, revelaron a Infobae.

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