La fuerte inflación, sumado a la guerra entre Rusia y Ucrania, desató que comprar este alimento sea cada vez más complicado y que, incluso, algunas pollerías se vean forzadas a cerrar por falta de ventas.
«El aumento es una constante, no hay una meseta donde uno diga que tiene que bajar. Es imposible no aumentar los precios, se hace cuesta arriba, muchos colegas tuvieron que cerrar sus negocios porque a fin de cuentas trabajas para pagar impuestos«, indicó Martín, dueño de una pollería del barrio Saavedra en diálogo con El Comodorense Radio.
Los motivos presentados por este trabajador afirman que la inflación y el conflicto bélico en Europa produjo que se desaten los costos de su mercadería. «La gente ya no se asombra de lo que suben los precios, la ganancia es cada vez menos«, dijo.
«Dos kilos de pollo salen 800 pesos ahora, mañana puede llegar a subir«, afirmó Martín, tomándoselo con humor.
Lamentando el cierre de algunos colegas, Martín dijo que les resulta imposible apostar al crecimiento del comercio. «A veces muchos cuando nos arriesgamos a crecer, invertimos, y después no lo podemos sostener, por lo que tenemos que cerrar el local«, manifestó.
Por último, y presentando una situación familiar, el trabajador de la pollería contó: «un pariente mío me preguntó a cuánto estaba el pollo el lunes. Le dije que estaba 4600$ el cajón de 20 kilos. El miércoles este pariente me vuelve a llamar y había subido a 4850$. Me pidió uno y le dije que llegaba el viernes: terminó pagando 5350$«, cerró.
