El entramado que llevó a la aprobación de la ley de zonificación minera y lo que sigue en Chubut

La aprobación de la ley de zonificación minera fue criticada por el contenido, pero también por el método. Salió luego de constituir la cámara en comisión para aprobar modificaciones que pedían el peronismo y el…

lunes 20/12/2021 - 1:39
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La aprobación de la ley de zonificación minera fue criticada por el contenido, pero también por el método. Salió luego de constituir la cámara en comisión para aprobar modificaciones que pedían el peronismo y el gobierno nacional, y luego, con los famosos 14 votos contra los 11 que votaron en contra se aprobó.

Columna “De Puño y Letra”, diario El Chubut

Ocurrió un día antes de lo que se suponía, de acuerdo a la información extraoficial que circulaba, y los antimineros estallaron. Todo lo que ocurrió después, la violencia incontenible, explica y justifica el método poco convencional para aprobar una ley de tanta trascendencia. No es exagerado decir que una sesión más difundida podría haber terminado en una desgracia mayúscula, y con algún diputado probablemente malherido o muerto. Mañana debe haber sesión ordinaria.

El radicalismo presentará un proyecto para derogar la ley de zonificación, sentido en el que ya se han expresado los concejos deliberantes de Rawson y Trelew -dominados por la UCR y el madernismo, respectivamente- la Universidad Nacional de la Patagonia, la Asociación de Magistrados, y otras instituciones. A la vez, ayer se preparaban nuevas manifestaciones de apoyo a la ley en el Consejo Federal Minero, y diversas cámaras de la industria, que se suman a los empresarios chubutenses que ya dieron su apoyo, y a los empobrecidos intendentes de la meseta que están a favor de la explotación minera. De todos modos, no es seguro que la sesión legislativa de mañana pueda llevarse a cabo. El vicegobernador Ricardo Sastre estaría pensando en suspender el debate por falta de garantías. Cree que una sesión presencial podría terminar en un desastre, y que si se hace virtual, grupos violentos podrían intentar buscar a los legisladores en sus domicilios. A ese punto hemos llegado.

Las cartas están sobre la mesa y los caminos son varios. El procurador de la provincia Jorge Miquelarena recordó en Twitter que el plebiscito de una ley es un camino posible. Y que si fuese apoyada por la población, su promulgación sería automática. A su vez, el gobernador Arcioni está decidido a no dar marcha atrás. Ayer se reunió en Comodoro con su gabinete para analizar los pasos a seguir. Derogar la ley no es el camino que tomará el mandatario. A dicho a sus íntimos que antes, deberán sacarlo muerto de lo que queda de la Casa de Gobierno, que de paso, quedó inutilizada. Arcioni tiene voluntad de sostener la minería. Pero su límite es la violencia o que haya muertes. También, el apoyo relativo. Ha contado en estas horas difíciles con la solidaridad del vicegobernador Sastre y del intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, y también del intendente de Comodoro Juan Pablo Luque. El Concejo Deliberante de la ciudad portuaria fue el primero (y único) en adherir a la zonificación, entre las ciudades grandes. También los intendentes de la meseta apoyan. Pero nadie sabe si será suficiente.

NO HAY QUE ENGAÑARSE

Para aprobar la ley de zonificación hubo trabajosos acuerdos políticos, que incluyeron qué votos aportaba cada quién, quiénes votaban en contra, y hasta los ausentes. Todos estaban enterados de lo que ocurriría. Pero la intensidad de las manifestaciones, tanto como la violencia inusitada y los hechos de represión, que los hubo, hicieron virar sobre la marcha a varios dirigentes. El radicalismo de Chubut ha sido antiminero desde 2003. Aún así, Arcioni sintió el posicionamiento de Damián Biss -el intendente radical de Rawson- que se volcó a las movilizaciones, como una puñalada en la espalda.

Ni un funcionario del Gobierno nacional, que promovió y empujó la minería y bendijo el acuerdo con el Frente de Todos para que aportase dos votos, tuvo la deferencia de llamarlo a Arcioni y preguntarle qué necesita, o qué está pasando en Chubut. Se borraron por completo. Ni el presidente Alberto Fernández, ni el ministro del Interior Wado de Pedro, ni el de producción Matías Kulfas, y tampoco el de Seguridad, Aníbal Fernández, llamaron a Fontana 50. No sólo eso. Funcionarios del Gobierno nacional con oficinas en Trelew, estuvieron agitando y convocando a las movilizaciones antimineras. Hubo discretas comunicaciones a sus jefes políticos para que los llamasen al orden. Sólo Sergio Massa, que también estaba “incendiado” con el tratamiento del presupuesto nacional, estuvo en comunicación con Mariano Arcioni durante la madrugada negra del viernes.

Los caminos son varios. Se puede llamar a una consulta popular, o derogar la ley, o no derogarla y poner límites a los violentos en cualquiera de los casos, se puede intentar una ronda de diálogo, o lo que fuere. Cualquier cosa que sea distinta de la violencia irracional que ha puesto a la provincia al límite mismo de la institucionalidad. Lo que no puede permitirse, es que dos mil o tres mil vándalos incendiarios alimentados por sectores políticos, tomen de rehén por completo a un gobierno y a una comunidad entera. Ahora, distinto es el problema de las acciones violentas, respecto del debate de qué hacer con la minería ahora que está aprobada la zonificación, mientras los sectores a favor y en contra van juntando “masa crítica”. Ayer, mientras esta columna se terminaba de escribir, nuevas movilizaciones cruzaban algunas de las ciudades de la provincia. Y cada noche se repiten los incidentes, sobre todo en Trelew y Rawson. Ayer en Comodoro hubo reunión de gabinete con Arcioni a la cabeza, y comunicaciones son los sectores que aportaron los votos para la ley. El miércoles habrá movilizaciones a favor de la minería en Comodoro y en Puerto Madryn, donde los antimineros radicalizados son menos. Además, desde mañana, habrá oficinas abiertas por la Cámara de Empresarios y Proveedores Mineros, para recepción de CV. Buscarán profesionales, ingenieros, personal de servicios, con o sin experiencia en la minería.

Quienes sostienen la Zonificación Minera cometieron errores serios en la comunicación. Mucha de la gente que salió a las marchas lo hizo plenamente convencida de que se usará cianuro, o que se utilizará el agua del Río Chubut. Ninguna de ambas afirmaciones es cierta. Ambos métodos están prohibidos. La ley de zonificación establece límites geográficos, pero también en las formas. Deberán usarse perforaciones y agua de pozos, y no podrán utilizarse cursos permanentes de agua. También se discute sobre la renta. Sin embargo, ningún marco minero en las provincias en las que la actividad está permitida, resulta tan favorable como el aprobado en Chubut. Sin embargo, los principales actores no encontraron la forma de difundirlo adecuadamente. Hay que empezar desde cero. Uno de los peronistas que está a favor de la minería, lo explicó sencillo: “Hay que decirle a la gente que para tener educación, salud, buenos hospitales que te traten y te curen, sostener la seguridad, el empleo estatal, los servicios, hay que producir y trabajar. Las ciudades que producen y trabajan son las que progresan. Parece una obviedad, pero hay que empezar por allí. La vagancia no genera riqueza”, dijo, con cierto enojo.

Hoy es 20 de diciembre, una fecha dolorosa a 20 años de la crisis de 2001 que nos acercó al infierno. A las consignas antimineras que son el corazón de las convocatorias a marchar, en Trelew ayer agregaron “Que se vayan todos”. Un llamado tan inútil como peligroso, y que la historia y la experiencia demostraron que no es de utilidad para nadie, ni resuelve problemas. Las posiciones están claras. Tanto, como la inestabilidad peligrosa que supone la violencia callejera, que no debe responderse con violencia institucional, sino con prevención, seguridad, y justicia. En medio de esta situación volátil, es que la clase política debe hallar serenidad para conducir a un camino de paz social, y que los chubutenses podamos pasar Navidad y Fin de Año en la tranquilidad de nuestros hogares, luego de los años terribles que nos han tocado en suerte, entre la pandemia, la crisis financiera, y la economía.

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