El censo nacional para marcar caminos

Por Raúl Fernández El miércoles 27 de octubre será, sin duda, una fecha particular para la década siguiente. Ese día todos los argentinos nos someteremos a brindar nuestros datos con el objetivo de generar estadísticas,…

domingo 17/10/2010 - 13:19
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Por Raúl Fernández

El miércoles 27 de octubre será, sin duda, una fecha particular para la década siguiente. Ese día todos los argentinos nos someteremos a brindar nuestros datos con el objetivo de generar estadísticas, promover acciones y, fundamentalmente, aportar para una planificación ordenada de un país.

Miles de personas saldrán a la calle, planilla en mano, a recorrer grandes extensiones del territorio con el fin específico de recolectar información que todos, como ciudadanos, deberíamos responder con precisión y seguridad de que hacemos un pequeño pero valioso aporte al conjunto social.

El censo es una herramienta imprescindible para tomar decisiones, de las pequeñas a las más grandes.

Es tan importante que en dos artículos (45 y 47) la Constitución Nacional hace mención a esta actividad como cuestión de Estado, no del gobierno o la oposición de turno.

Este censo aportará como datos la utilidad de los próximos diez años, es decir parte de éste gobierno y los dos próximos en el país, las provincias y los municipios, por lo que deberá contar con una atención extra de todos.

En muchos casos permitirá desde ajustar la cantidad de concejales de un distrito, los representantes provinciales, de alguna constitución en reforma y hasta la coparticipación que recibe el lugar donde habitamos y habitan nuestros hijos.

Para mayores datos se puede señalar que la tarea del próximo 27 de octubre, una vez procesada, permitirá que una empresa pueda planificar su expansión, sus ventas, su marketing; que los investigadores extiendan sus visiones y sus datos referenciales y muchos otros más, desde los niños de la escuela hasta los planteos de repoblación de una región y sus servicios.

Sólo se pide estar en nuestros hogares a la hora que pase el censista, darle los datos requeridos para lo que ni siquiera hay que mostrar un documento de identidad, porque el encuestado figura como anónimo.

Es necesario interpretar que quien viene a golpear la puerta ese día está trabajando por y para nosotros, y no vienen ni a mentir ni a perder el tiempo, vienen en búsqueda de datos veraces, verdaderos.

Esa tarea tan importante como sencilla permitirá responder a quienes, quizás maestros de tus propios hijos, buscan quitarte un ratito de tiempo para sumar voluntades.
Es una muy buena y casi única oportunidad para que, como simples habitantes, podamos decir como estamos y permitir herramientas para estar un poco mejor.

Tengamos la atención suficiente y voluntad necesaria para sumar con responsabilidad estadística, lo que como ciudadanos nos involucra.
En síntesis, una oportunidad como para no perdérsela.

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