
Sobre el cannabis, Bullrich afirmó que “una cosa es el cannabis medicinal y otra es comercializar la droga”, diferenciando claramente el uso terapéutico de la sustancia de su comercialización en mercados ilegales. La exministra subrayó que el cannabis medicinal ha sido “totalmente desvirtuado”, y advirtió que la confusión sobre sus propiedades podría generar riesgos y confundir a la población.
En relación con la seguridad, Bullrich habló sobre el contexto de la violencia en Argentina, destacando que, a pesar de los altos índices de homicidios en la Ciudad de Buenos Aires, que ascienden a 4,5 homicidios cada 100.000 habitantes, el país ha logrado “una disminución global de homicidios”. A su vez, resaltó que Rosario ha experimentado una baja en la incidencia de homicidios, aunque subrayó que todas las provincias deben “hacer un esfuerzo conjunto” para enfrentar la violencia, con un énfasis particular en la provincia de Buenos Aires.
En cuanto a la relación con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, Bullrich expresó su frustración, indicando que el mandatario “no quiere enviar ayuda por escrito”. En sus declaraciones, también apuntó que “la ayuda no es solo económica” y criticó el uso político que el gobernador hace de los recursos, acusándolo de tener “un único objetivo en la vida: atacar al presidente”. Según la exministra, Kicillof no parece ver como algo positivo que más bonaerenses tengan acceso a trabajos en la actualidad, ya que “todo lo mira con un ángulo ideologizado”.
Estas declaraciones de Patricia Bullrich reflejan su postura frente a temas clave de la agenda política y de seguridad en Argentina, revelando también las tensiones políticas que atraviesan las relaciones entre el gobierno nacional y el provincial.