El estancamiento del conflicto docente en Santa Cruz ya está poniendo en riesgo el ciclo lectivo para miles es alumnos de todos los niveles que asisten a establecimientos educativos y tanto el gobierno como el principal gremio (ADOSAC), mantienen férras posturas que no hacen vislumbrar una solución en lo inmediato. Las acusaciones mutuas son una constante y también los escraches, como el ocurrido ayer en esta ciudad.
Marisa Oliva, vicepresidente del Consejo Provincial de Educación, llegó el jueves por la tarde a esta ciudad acompañada por la asesora jurídica del organismo, Laura Goñi, y la vocal por el Poder Ejecutivo, Norma Igor, además de otros funcionarios de menor rango.
El grupo inició esa misma jornada una serie de reuniones con representantes de alumnos, padres y directivos de escuelas a fin de explicar los alcances de las medidas excepcionales que se adoptaron en el marco del Acuerdo 78 de mismo CPE para garantizar al dictado de las clases.
La principal funcionaria de la delegación incluso estaba dispuesta a dialogar con la dirigencia local de la ADOSAC, pero ese encuentro que se concretó a media mañana de ayer trajo consigo un escrache por parte de algo más de medio centenar de docentes, en su mayoría mujeres.
Al igual que lo sucedido a mediados de esta semana en Río Gallegos, cuando docentes de esa ciudad se manifestaron frente a la vivienda particular del titular del CPE, Roberto Borselli, ayer Oliva fue objeto de las mismas expresiones: cánticos adversos matizados con pancartas, sólo que a ella la fueron a visitar a las instalaciones de la Supervisión Zona Norte del organismo educativo, ubicado en la avenida Eva Perón, a menos de cien metros de la sede del gremio.
Petitorio
Mientras el grueso de los docentes se introdujeron en el hall de acceso a la Supervisión, Oliva recibió en una de las oficinas al secretario general de la filial de la ADOSAC, Daniel Gómez, y a otros dos dirigentes (Martín González y Osvaldo Maso).
Claro está que hubo discusiones, incluso en alto tono de voz, algo que por momentos era necesario por el bullicio que provenía del exterior.
En el encuentro informal, los dirigentes le hicieron entrega de una copia de la postura que surgió de los directores y vicedirectores de escuelas de Caleta que se reunieron el miércoles rechazando de plano el Acuerdo 78, tal como este diario informó ayer.
La vicepresidente del CPE les manifestó que las reuniones de paritarias desarrolladas fueron las suficientes y que la intención de su arribo a la ciudad era continuar con las reuniones para destrabar el conflicto. La conversación duró algunos minutos y posteriormente los gremialistas se retiraron con el compromiso de volver a encontrarse durante la tarde para profundizar en los conceptos.
No se retiran de los yacimientos
Despejadas las rutas de desocupados y también instalaciones industriales petroleras por parte de personal de empresas de vigilancia, los piquetes de docentes son ahora el último eslabón de la protesta que bloquea accesos a yacimientos y otras instalaciones próximas a Las Heras.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres que hasta hace pocas semanas dictaban clases en escuelas de esa localidad, Pico Truncado, Las Heras, Puerto Deseado y Perito Moreno, cambiaron el guardapolvo por mamelucos térmicos que les facilitaron familiares o amigos que se desempeñan en el ámbito petrolero. Ayer se cumplieron 15 días desde que instalaron campamentos dispersos en la zona y han establecido turnos de vigilia, siendo también una constante la quema de cubiertas.
(El Patagónico)
