Doce semanas consecutivas sin clases: La pesadilla total

En Chubut comenzamos a transitar la 12° semana consecutiva sin clases, o podría decirse que el Gremio docente ratifica su aporte al “cuasi” analfabetismo colectivo de los niños y jóvenes chubutenses. El “estiramiento” del paro…

lunes 07/10/2019 - 10:30
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En Chubut comenzamos a transitar la 12° semana consecutiva sin clases, o podría decirse que el Gremio docente ratifica su aporte al “cuasi” analfabetismo colectivo de los niños y jóvenes chubutenses. El “estiramiento” del paro fue provocando un desgaste en los docentes, en los Gremios y en su dirigencia, sin que eso resulte una solución de nada.

No es un tema menor que las 12 semanas son a modo continuo, porque ya antes del receso invernal se habían producido paros de auxiliares de la Educación, de los propios docentes y varios días de interrupción escolar por serios problemas edilicios en distintos establecimientos: lo que se dice, un verdadero atentado a la educación.

El “estiramiento” del paro fue provocando un desgaste en los docentes, en los Gremios y en su dirigencia, sin que eso resulte una solución de nada. Pero esa es sólo una parte de la película que parecen mirar los funcionarios, tapándose un ojo. Y es que, aunque es cierto aquello del desgaste en docentes y sindicalistas por el paro interminable, esa erosión es directamente proporcional a la que sufre la figura del gobernador.

Cuando los viales cortan las rutas y dejan sitiado a Rawson impidiendo a otros estatales llegar a trabajar, obligan a privados a padecer el descuento del día o afectan a camioneros que también perderán dinero, el insulto va hacia quienes realizan los piquetes, pero también hacia el gobierno que lo permite. O cada semana que pasa sin clases y los padres ven que sus hijos ya tienen un año escolar perdido, no apuntan sólo a los maestros por ello. También señalan la responsabilidad de un gobernador que hizo promesas sin poder cumplirlas, por los motivos que fuere. La miopía oficial respecto del conflicto no les permite advertir el desgaste propio –según publica Diario El Chubut-.

En ese contexto de inflexibilidad sindical, el Gobierno carece de actitudes contundentes. Una medida semejante no puede ser puesta a consideración; en todo caso, con los chicos en las aulas, el “no descuento” puede ser una herramienta del Estado para cerrar un acuerdo, pero sólo con los maestros dando clases. Ya parece un cuento infantil que primero descuentan los días, después no, después sí, otra vez no, veremos… y todos saben el final de la historia mal narrada.

El Gobierno Provincial no ha dejado en ningún momento de pagar los aportes al gremio. Mientras tanto, varios maestros y profesores han regresado a dictar clases, incluso hasta padeciendo algún escrache como el del miércoles pasado en la ex Enet de Trelew donde desconocidos al grito de “carneros” pretendieron amedrentarlos, hasta que los propios alumnos tuvieron que salir a pedir que los dejen estudiar. La intolerancia y el autoritarismo no son exclusividad de un sector.

Ni la reunión con Massa, Wado De Pedro y la troupe chubutense del Peronismo en sus distintas variantes, ni la posterior mesa de concertación, con su nueva propuesta de pago escalonado con aumentos en cuotas incluidos, pudieron evitar que se llegue a la semana 12 de paro consecutivo como si se tratara de batir un récord para el libro Guinness. Se fracasó desde la política, también desde la Justicia y tampoco quedaron afuera de ello una dirigencia sindical que no esgrime argumentos valederos para sostener este desatino.

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