Javier Touriñan presentó su renuncia como secretario general de Gobierno de la provincia.
Había asumido en agosto por un término de seis meses que finalmente no llegó a completar y deja el cargo a mitad del camino pactado. No llegó a cumplir cuatro meses en el cargo, que empezaron los cortocircuitos. Con ministros, y con el propio gobierno, afirma El Chubut.
El pago de salarios aun en tramos, habría sido lo que terminó de cansar a Touriñán, que en Comodoro se estuvo quejando ante dirigentes del peronismo, que en Rawson “Nadie da pelota…”, frase que no necesita de mayores traducciones ni explicativos.
Arcioni no optará por una “estrella” de la política para su reemplazo. Por el contrario buscaría a un “peronista de perfil técnico” para la secretaría y dejaría el andarivel más político para el actual ministro de gobierno José “Pepe” Grazzini, quien parece haber crecido en el gabinete, de la mano de la confianza que le dispensa Arcioni.
A esta altura, y luego de media docena de ministros coordinadores, secretarios o jefes de gabinete, habría que concluir que el gobernador o es muy personal, o resulta poco afecto a los consejos. Los ministros le duran poco, tal vez justamente por las “costumbres políticas” y el estilo del mandatario, menos habituado a la “rosca” que el resto de sus congéneres.
Hoy la interrogante en la provincia yace en si Touriñan tomará una decisión similar en Petromiera y renunciará a su cargo como presidente.
