Del momento bisagra entre Milei y Villarruel a los reclamos de Bullrich a Cúneo Libarona a la madrugada

El homenaje a los caídos en la Guerra será el martes, en la plaza San Martín. Frente al delay de la invitación, la vice ya preparó un acto propio al día siguiente. Además, los reclamos de madrugada de Bullrich a Cúneo y la batalla final por el DNU y la Ley Bases en el Congreso.

sábado 30/03/2024 - 8:16
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Victoria Villarruel ingresa por la explanada a Casa Rosada. La recibe un alto funcionario de la Casa Militar. Sube las anchas escaleras con alfombra roja hasta el primer piso. Hay instrucciones precisas. Su trayectoria dentro de la planta alta, donde funciona el máximo poder político del país, ya está escrita por la Secretaría General de la Presidencia. Es decir, por Karina Milei. La Vice está acompañada por tres mujeres que trabajan en su despacho del Senado. La escoltan hasta una antesala del salón Eva Perón, donde la espera el libro de actas que el Escribano General de la Nación tiene listo para su firma. Ella lo hace. Se saca una foto. Desde ese momento es Presidenta de la Nación, aunque sea un acto burocrático y despoblado de poder.

A pesar de que está en el primer piso, nunca podrá pasar a la zona privada de Presidencia, donde no hay un alma en este momento, apenas la secretaria de Karina, que se encarga de que se cumplan las órdenes. En esta gestión, el paso de la Vice por la Rosada es una escena controlada y vigilada sin disimulo. Javier Milei viajó al exterior, pero Villarruel no está autorizada a ingresar a los pasillos del poder.

Esa escena, que sucedió en enero, se repitió en cada viaje presidencial y así será en los que sigan el mes que viene cuando Milei vuele a España al acto de Vox que sucederá en mayo. Una vieja anécdota del menemismo circulaba esta semana en la Rosada. El exmandatario -al que Milei venera- solía decir antes de volar al exterior: “Si me pasa algo, maten al vice”. Era un chiste, claro.

Después de la entrevista que la vicepresidenta le dio a Joni Viale hace apenas una semana, solo quedó el silencio y los rencores entre ella y el Presidente. Sus declaraciones rompieron en mil pedazos el hechizo que habían intentado construir en los días previos. Es difícil mensurar el alcance del espacio que se abrió desde el momento en que ella lo llamó “jamoncito”, pero una muestra de lo que quedó podrá verse en pocos días, el martes 2 de abril a las 10 de la mañana, cuando suceda el acto homenaje a los caídos en Malvinas en la plaza San Martín. Pocas agendas son tan propias de Villarruel como la Guerra de Malvinas. Sin embargo, a esta hora, todavía no recibió la invitación formal a ser parte del evento. Una pequeña anécdota del estado de situación.

Es posible que la convocatoria se demore hasta último minuto, pero que, al final, llegue. Ella, por las dudas, ya preparó un acto propio, al día siguiente. Aun si se muestran juntos, lo que sucede por debajo es complejo. Milei, que tiene un vínculo con ella mucho mejor que su entorno chico -Karina y Santiago Caputo- no se recupera de la entrevista de hace una semana. “Me da vergüenza ajena cuando la veo”, suelta un incondicional del Presidente.

Crece un verdadero dilema en este conflicto. Cuando miran las encuestas, hay unanimidad en un dato relevante: los tres dirigentes con mejor imagen de la argentina son Javier Milei, Patricia Bullrich y Victoria Villarruel.

El último relevamiento de la Universidad de San Andrés (UDESA), que se difundió en las últimas horas, muestra que la imagen positiva de la Vice escaló de 9% a 46% desde julio del año pasado -cuando se integró a la fórmula presidencial- a hoy. En el caso del primer mandatario, ese número subió de 35% a 45% en el mismo período. Dice el informe: “El segundo dirigente con mayor imagen positiva es Javier Milei (48%) y un 46% de imagen negativa, arrojando un diferencial de 2 puntos. Por su parte, Victoria Villarruel consolida su llegada al podio con un 46% de imagen positiva y con 39% de imagen negativa, mostrando un diferencial positivo de 7 puntos, convirtiéndola en el dirigente con mejor diferencial (en términos netos, el dirigente con mejor imagen)”. Los dos saben leer este mensaje. Por eso sucede una tensión intestina, potente, pero no declarada abiertamente, siempre en búsqueda de que no se desborde. Con nadie tuvo nunca tanta consideración en una afrenta el Presidente. Con la certeza de estos números, ella habla sin miedo de “jamoncito”.

Al acto de Malvinas, donde es probable que intenten finalmente mostrarse juntos y sonrientes, le sucede una batalla más compleja. Más pendiente. La que dará Villarruel en contra de las leyes que mandará esta semana Patricia Bullrich. No es tarea exclusiva de la Vice juntar votos para aprobarla en el Senado, pero ¿cómo moverá sus piezas en un proyecto que no solo no apoya sino que combate? En su entorno, este fin de semana analizaban estrategias.

Chats de madrugada entre Bullrich y Cúneo

Mariano Cúneo Libarona ya estaba dormido cuando recibió anoche un WhatsApp a la una y media de la mañana de Patricia Bullrich: ¿tenés la ley? La ministra está perdiendo la paciencia en un tema de agenda urgente. El jueves por la noche detuvieron al sicario de 15 años que habría asesinado a sangre fría a Bruno Bussanich, el playero de 25 años, en Rosario.

En la Argentina todavía rige un régimen penal juvenil firmado por Jorge Rafael Videla en 1980 que tiene 13 artículos que dicen básicamente que los menores de 16 años no son punibles y que un juez tutelar es el que definirá su destino sin necesidad de producir prueba ni un juicio. La discusión sobre este punto en la Argentina lleva 15 años. Infinitos proyectos -desde referentes progresistas especialistas en infancia como Emilio García Méndez y Laura Musa- hasta Diego Santilli pasando por todo el mundo. Es una agenda que Sergio Massa siempre promovió también. La propia Bullrich tuvo en 2019 una conferencia de prensa con el entonces ministro de Justicia Germán Garavano enviando al Congreso una norma para aprobar. Nunca prosperó nada.

De madrugada, la ministra de Seguridad publicó en redes que estaba entrando al Congreso la nueva ley de imputabilidad. Milei la apoyó escribiendo en X: “El que las hace, las paga”. Lo cierto es que ese proyecto está en manos de Cúneo Libarona y empieza una cuenta regresiva contrarreloj para tenerlo listo el primer día hábil de la semana que viene. Les preocupaba que la sociedad empezaba a preguntarse por qué fueron tan veloces con la amenaza a Ángel Di María -donde identificaron y detuvieron rápidamente a los culpables- y seguía impune la muerte de Bruno. Ahora hay un detenido avalado por testigos y reconocimientos diversos.

En el medio hay problemas más complejos: el menor reconoció el crimen en la fiscalía. ¿Alguien puede asegurar su vida y la de su familia a partir de este momento? Los que lo contrataron tienen el método eficaz de ejecutar venganzas sangrientas. Los autores intelectuales no están presos todavía. Es imposible no preguntarse por el rol del Estado en chicos de 15 años dispuestos a asesinar por 50 mil pesos.

Ley de Bases y DNU: la batalla final

La Ley de Bases se está tejiendo en una negociación agotadora pero aparentemente productiva. Quedan dos semanas de conversaciones entre el ministro del Interior, Guillermo Francos, y distintos gobernadores -los de JxC este miércoles- y otros en los próximos 10 días. Suponen que llegan con los votos, pero no les sobra nada. El paquete fiscal para compensar a las provincias irá con el tratamiento de la ley ómnibus. Todos buscan un poco de paz, pero todavía no está definido completamente el panorama. Martín Menem, presidente de la Cámara, hace números que lo tranquilizan.

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