
La denuncia pública de bullying por parte de una niña de 12 años en Sarmiento volvió a poner en el centro del debate la complejidad del acoso escolar. Bullying, indicadores y abordaje: «muchas veces la violencia se da por la búsqueda de un reconocimiento».
El psicólogo y antropólogo Carlos Barría Oyarzo (Matrícula 1376) explicó en abcRadio que el bullying no es un conflicto común, sino: “situaciones de violencias complejas” que “requieren respuestas complejas”.
El especialista destacó que: “el bullying no es cualquier tipo de violencia, se reproduce, busca perseguir de manera constante a otra persona” y subrayó que: “a estas violencias hay que diferenciarlas de conflictos, que aparecen en cualquier grupo social y particularmente en la escuela”. Además, advirtió que el problema trasciende el ámbito físico: “Hoy las redes sociales son parte de la escuela, no se termina dentro de las 4 paredes”, por lo que “las instituciones educativas no terminan donde terminan las paredes”.
Barría Oyarzo vinculó el aumento de la violencia a factores sociales y económicos, señalando que “muchas veces la violencia se da por la búsqueda de un reconocimiento”. En este sentido, llamó a “tener una lectura amplia, en términos de realidad social” para comprender el fenómeno y actuar con eficacia.

Respecto a la detección, el psicólogo señaló que las familias son “actores privilegiados” para identificar señales como: “cambios conductuales repentinos, miedo a ir a la escuela, aislamiento, miedos irracionales o crisis de llanto”. Insistió en la importancia de no minimizar el relato del niño: “Cuando aparece un develamiento es importante no minimizarlo, el niño o niña creerá que es merecedor de eso que le está ocurriendo”.
Sobre el rol de la escuela, Barría Oyarzo fue contundente: “Existe una guía y en principio la escuela tiene que tomar intervención”. Sin embargo, advirtió que “la lógica punitiva de castigo y control sobre ese niño agresor no funciona, reproduce ese círculo de la violencia”. Por eso, recomendó: “trabajar de manera mancomunada, entrelazada para generar un buen clima” y evitar confrontaciones que puedan “revictimizar al chico”.
Finalmente, enfatizó que “de lo que no se habla no existe” y que: “además de mirar, tenemos que hablar”, promoviendo la prevención, la comunicación abierta y el trabajo conjunto entre familias, escuelas y equipos de apoyo provinciales (EOATE) para abordar el bullying de forma integral y efectiva.