Los cables de Wikileaks muestran que gracias al petróleo el actual gobernador de Chubut, Mario Das Neves, logró recomponer el diálogo con la embajada estadounidense tras el encontronazo ocurrido en abril del 2002, cuando era el director nacional de Aduanas de Eduardo Duhalde.
Según pública en su edición de hoy el matutino Página 12 en marzo de 2002 el corresponsal del diario estadounidense The Washington Post, Anthony Faiola, escribió una extensa crónica sobre chicos desnutridos en Tucumán. El artículo conmovió a un grupo de lectores que se conectaron por e-mail y decidieron organizarse para mandar un cargamento de comida, ropa, medicamentos y equipamiento para el hospital de Santa Ana, en la zona más afectada.
El cargamento estuvo demorado seis semanas en la Aduana, en medio de rumores de un posible desvío hacia el Ministerio de Desarrollo Social, cuyos programas asistencialistas en el conurbano bonaerense eran conducidos por Hilda “Chiche” González de Duhalde, entonces titular de la cartera.
Cuando Faiola llamó para quejarse, Das Neves lo citó en su despacho. Lo recibió con una cámara sorpresa de Telenoche y lo acusó de mandar “basura” a la Argentina. Y aseguró que “casi todo” el cargamento estaba en mal estado.
Después llevó las cámaras para filmar el contenedor, donde junto a lo enviado desde Estados Unidos podían verse una camilla ensangrentada, mamaderas sucias y ropa con excrementos que, según Das Neves, “no se sabe si fue usada por cadáveres”. Das Neves completó su estrategia declarando ante la agencia Télam que Faiola era “loco”, “mentiroso” e “irresponsable”. “Se hubieran acordado antes de nosotros”, dijo.
Lamentablemente para Das Neves, los donantes habían filmado, fotografiado, relevado y notarizado las compras, el embalaje que se hizo en el garaje de uno de los donantes, la subida al camión y hasta la operación de cierre del container. Todo matizado con imágenes de donantes con sus chicos en brazos, al borde del llanto, mandando saludos a sus amigos tucumanos. Habían guardado los recibos del almacén donde habían comprado la comida y del negocio donde habían adquirido tres camillas nuevas. Habían contactado a la embajada argentina para pedir ayuda, y la delegación mandó a una funcionaria a la ceremonia del embalaje como señal de apoyo y agradecimiento. Además, los donantes habían tomado contacto con los médicos de Santa Ana para preguntarles por sus necesidades y hacer un seguimiento del cargamento, y ya eran casi amigos.
Este cronista publicó entonces esa información en el diario La Nación, con fotos, imágenes de video, cartas, acta de escribanía, permiso de importación y recibos de compra, más los testimonios de los donantes, la funcionaria de la embajada argentina, el almacenero de Washington que vendió la comida y los médicos tucumanos.
El embajador James Walsh pidió entonces una audiencia urgente en la Casa Rosada y fue recibido por quien era jefe de Gabinete, el actual diputado Alfredo Atanasof. “Esta clase de incidentes dificulta mi tarea de ayudar a la Argentina a conseguir otro tipo de ayuda”, dijo el diplomático. Exigió y obtuvo permiso inmediato de la Aduana para que personal de la embajada inspeccionase el cargamento. Mientras tanto, funcionarios de la embajada en teleconferencia con los donantes estudiaban el video de Telenoche para identificar el material supuestamente plantado para que los inspectores de la embajada lo pudiesen separar de lo que ellos habían mandado.
Rápido de reflejos, Duhalde dijo que “el noventa por ciento” del cargamento estaba en buen estado y mandó a Das Neves a callarse la boca. El embajador se permitió corregir a Duhalde, aclarando que “todo” el cargamento había sido enviado en buen estado. Menos de una semana más tarde las donaciones llegaron a destino, los médicos tucumanos agradecieron por las radios y el incidente diplomático se dio por cerrado. “No puede ser que Das Neves arme este quilombo por un pantalón sucio”, fue la frase expresada muy cerca del despacho presidencial.
La historia fue pública, y por lo tanto no necesita corroboración por Wikileaks.
Los despachos posteriores sí revelan que otro embajador estadounidense, Earl Anthony Wayne, viajó dos veces a Chubut a reunirse con el gobernador Das Neves, quien asumió el cargo en el 2003.
El General Electric
La primera visita fue en febrero del 2007 para influir en favor de una extensión de la concesión petrolera de Occidental Petroleum (Oxy), empresa cuyas inversiones en la provincia patagónica fueron valuadas en mil millones de dólares por la embajada estadounidense. A través de un ministro, el gobernador le informó al embajador que Oxy debería esperar.
“El embajador urgió a Das Neves a negociar pronto con Oxy en la extensión de su área concesionada, que expira en menos de diez años, un horizonte corto para compañías de exploración. Das Neves dijo que la presencia de Oxy era bienvenida en la provincia. Su ministro de Economía señaló que la provincia está empezando una negociación con (la petrolera Pan American) Energy, la mayor productora de la provincia, y que usaría ese contrato de modelo para los demás productores”, dice un cable de mayo del 2007.
La segunda visita fue en el 2008 para hacer lobbying a favor de General Electric, que acababa de venderle dos turbinas generadoras al gobierno provincial. Das Neves dijo que le interesaba seguir haciendo negocios con GE y Wayne se ofreció a servir de puente entre el gobierno y la empresa.
“El embajador Wayne destacó la participación positiva y las inversiones de empresas como General Electric y Occidental Petroleum. Das Neves estuvo de acuerdo, haciendo notar que General Electric (GE) fue socio en proyectos de infraestructura pasados y podría tener un rol en futuras iniciativas que le agregarían un valor significativo a la provincia incluyendo un inminente proyecto para construir una tubería de gas. El embajador Wayne agregó que la embajada podía servir de interlocutor con GE y otras empresas estadounidenses si fuera necesario”, señala un cable de mayo del 2008.
Como dicen allá, negocios son negocios.