Cuando se pierde de vista el fondo: Moyano y esos negritos de mierda…

Por Raúl Fernández La “patota” sindical nacional volvió a Trelew. Y lo hizo del hombre de negocios, adinerado, inculto, poco sociable y mafioso Hugo Antonio Moyano, quien acompañó a un par como Jorge Taboada. Este…

domingo 29/08/2010 - 0:05
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Por Raúl Fernández

La “patota” sindical nacional volvió a Trelew. Y lo hizo del hombre de negocios, adinerado, inculto, poco sociable y mafioso Hugo Antonio Moyano, quien acompañó a un par como Jorge Taboada. Este negrito, hoy más teñido de blanco en su cabellera con el paso de los años, no tiene más mérito que ser un dirigente gremial nacido en el 1944 en La Plata y que, apenas cumplida su mayoría de edad, fue elegido Delegado en su sindicato de camioneros en Mar del Plata.

En 1972 lo eligieron Secretario General y apenas le tocó cubrir alguna responsabilidad en plena dictadura militar donde fue varias veces detenido, pero… por algo debió haber sido.

Seguramente por las roscas de la política y las presiones, fue el titular del PJ marplatense y llegó a ser Secretario General de los Camioneros en el país, además de Diputado Provincial,    creador de la Mutual de esos trabajadores, creador del MTA, Secretario General de Camioneros del Mercosur o Presidente del Comité de América Latina y el Caribe en la Federación Internacional con sede en Londres, pero seguramente los negritos de otros países han generado sus propias roscas.

Cuando en el 2003 el ex Presidente Kirchner le devuelve la personería a la CGT, retirada por la dictadura, lo rosquean para que se convierta en Secretario General, luego ungido por unanimidad de todas las centrales. Pero aquí seguramente medió algún apriete a los electores.

Todos estos antecedentes que carga hoy este negrito insulso, no le permiten observar lo que puede pasar en el país con los trabajadores. No tiene piné para analizar la realidad y buscar mejoras para que la Argentina vuelva a ser un país de trabajadores, donde cada uno que así lo quiera tenga esa herramienta de dignidad.

Que viene este negrito de mierda a querer explicarnos los cambios de matriz que sufrió y sufre el país a partir del 2003.

Que pretende un inculto bonaerense, que además es titular del PJ de la provincia más importante de la Argentina, refrescarnos de los métodos y las formas para mejorar la calidad de vida, cuando además representa a quienes todos los días, sólo retiran la basura de cada uno de nuestros hogares.

Cómo pretenden hablarnos de la salud y el bienestar si solo han invertido poco más de 250 millones de dólares desde ese Sindicato en todo el territorio nacional.

Cual es la pretensión de explicar los índices inflacionarios y la recuperación del empleo y el salario cuando tenemos docenas de consultoras privadas o empresarios como don Cristiano Rattazzi (FIAT) pueden darnos cátedra en cualquier momento.

En fin… varias horas de ruidos y bullicios céntricos de estos hombres de “verde” que deberían elegir la meseta central para hacer sus cosas sin molestar a nadie, acompañando a uno de “ellos”.

Por suerte ni el Intendente de la ciudad ni el propio Gobernador se dignaron a acercarse, a saludar o a manifestar beneplácito por la inversión, por la seguridad social o por la contención de los trabajadores.

Quizás se dieron cuenta en poco más de dos años lo que éste Moyano tramaba y que representaba. Porque aún recuerdo las palabras de reconocimiento y adulación del propio mandatario chubutense en un hotel céntrico de la ciudad de Buenos Aires.

Esos eran tiempos en que el proyecto nacional y popular era uno solo. Es bueno cambiar a tiempo.

No vaya a ser cosa que la Argentina se convierta en un país de trabajadores solidarios, que no mida razas, ni credos, ni ingresos, ni vestimentas.

No será cuestión que, como el hoy venerado Brasil (que sirve de ejemplo cuando algunos pretenden marcar diferencias) termine en una banda de sindicalistas que quieren cambiar la realidad.

No sea cuestión que, por la dignidad humana, alcancemos la verdadera libertad de sentir y ser lo que queremos, sin molestar a los demás.
Y todo por unos negritos de mierda…

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