Distintas aulas manchadas con el líquido de matafuegos que vaciaron y una bandera tirada en la biblioteca del establecimiento, son sólo algunos de los daños que causaron ayer intrusos que ingresaron. En enero ya habían prendido fuego la sala de lectura. Se trata además de la misma escuela donde tras las elecciones del 20 marzo, hallaron en la basura una caja con 83 sobres de sufragios. El turno mañana hoy ingresará a las 9 en lugar de las 8, para terminar de limpiar y ordenar, dispuso su directora.
Sobre las 16 de ayer la docente que reside en la casa situada en el interior de la Escuela 43 salió a efectuar una recorrida y descubrió el nuevo caso de vandalismo contra la institución educativa del barrio Mosconi. Con gran indignación se puso en conocimiento a la directora Ana Florencia Mansilla, quien llegó minutos después y no salía del asombro.
Los autores rompieron el ventanal de una secretaría para acceder a las distintas dependencias del colegio y así causar múltiples destrozos. Al parecer no se llevaron ningún objeto de valor a pesar de que quedaron a la vista valiosos instrumentos del laboratorio y electrodomésticos, como así también elementos de informática.
La consigna de los malvivientes era romper y ensuciar el establecimiento donde concurren durante la mañana y tarde, niños y adolescentes de todo el nivel primario. Por la noche en el mismo edificio funciona el colegio 757 de nivel secundario.
La directora ante la presencia de Diario Patagónico y la policía que efectuaba las actuaciones respectivas, manifestó que no podía entender dicha intención.
“Han entrado aparentemente personas ajenas en el sector de la secretaría, sacaron todas las llaves y empezaron a violentar cada una de las puertas que estaban cerradas”, indicó Mansilla.
Entre los daños se contabilizaron destrozos de ventanales internos, desparramaron un tacho de pintura por la galería y cada una de las aulas estaba impregnada por el contenido de los matafuegos que fueron vaciados.
Los revoltosos sin levantar sospechas se pasearon por el aula de música, el laboratorio, la sala de cooperadora, la cocina, la preceptoría, la vicedirección y la biblioteca “Manuel Belgrano”, donde despedazaron el cristal de la puerta y dejaron tirada la insignia patria.
La directora de la escuela explicó a este diario: “más que nada causaron daños porque no se llevaron ningún elemento de trabajo. Las pisadas son de gente grande y saben que en ese sector (preceptoría) está el tablero de las llaves que están tiradas en el último módulo de la escuela”.
(El Patagónico)
