Los primeros roces del ex CEO de Shell se dan por el desplazamiento de Melconian, Apud, Lapeña y Montamat. Así, relegó a referentes claves del PRO y la UCR. Cuál es su situación ante el límite que impone la ley de ética pública.
Hacia afuera su aparición en el equipo ministerial de Mauricio Macri, Juan José Aranguren generó grandes expectativas entre los empresarios, banqueros y fondos de inversión. Pero en las filas internas de Cambiemos, su desembarco dejó varios heridos y algunos interrogantes sobre cómo va a afrontar los urgentes desafíos que plantea el sector energético.
Si bien antes del ballotage ya era un número puesto para integrar el nuevo gobierno macrista, la designación de Juan José Aranguren como futuro ministro de Energía y Minería no estuvo exenta de cuestionamientos y pases de facturas.
Su llegada al gabinete económico que asumirá el 10 de diciembre implicó la caída en desgracia de tres hombres clave que aspiraban a ocupar posiciones relevantes en el área energética.
Uno de ellos es el economista Carlos Melconian, a quien Macri le había prometido inicialmente la conducción de la restatizada YPF. Cuando el presidente electo le ofreció el ministerio, Aranguren vetó el arribo del economista del PRO a la petrolera. Según parece, el ex titular de Shell Argentina hasta habría amagado con no aceptar el cargo si la decisión de mantener a Melconian no era revisada.
Aranguren considera que YPF debe ser manejada por un empresario privado con experiencia en el negocio petrolero en lugar de un economista y consultor como Melconian. Su candidato para remplazar a Miguel Galuccio sería Jorge Ferioli, el actual timonel de Petrolera San Jorge.
La segunda “víctima” del avance de Aranguren es el ex titular de Energía y Minería, Emilio Apud.
Integrante del grupo de los ex secretarios de Energía que desde 2011 vienen advirtiendo las consecuencias negativas de la política energética kirchnerista, Apud fue dejado de lado por el futuro ministro al no tenerlo en cuenta para el armado de su equipo de funcionarios.
Tras haber sido el principal referente energético del PRO desde fines de 2013, Apud quedó muy molesto no solo por el desaire Aranguren, sino también por la falta de apoyo del titular de la Fundación Pensar y nuevo ministro de Producción, Francisco Cabrera, con quien estuvo coordinando el discurso macrista del área de Energía durante la extensa campaña electoral.
Otro de los afectados ha sido el también ex secretario de Energía, Jorge Lapeña. En este caso, los causantes de que se quedara con las manos vacías fueron dos. El propio Aranguren que no comparte las medidas que alientan Lapeña y su equipo de especialistas del Instituto Argentino de Energía General Mosconi. Y el ex titular de la UCR, Ernesto Sanz, quien con su renuncia a integrar el gabinete de Macri lo dejó sin sustento y respaldo para negociar un cargo en el futuro gobierno.
La pelea con Montamat
Con el ex titular de YPF y ex secretario de Energía, Daniel Montamat se registró una situación muy particular. Si bien fue convocado por Macri en las últimas semanas, Montamat habría decidido autoexcluirse de cualquier participación en el nuevo gobierno tras una serie de reuniones que mantuvo con Aranguren y sus asesores.
A Montamat no le gustó que Aranguren le pidiera información y sugerencias sobre las medidas que habría que tomar en el área eléctrica y que luego terminara impulsando como futuro responsable de ese sector al consultor y ex secretario de Energía, Alejandro Sruoga.
Sruoga manejó el área energética en la última parte del gobierno de la Alianza durante las gestiones de los ministros de Economía, Domingo Cavallo y de Infraestructura, Carlos Bastos.
Tal como había informado LPO, Bastos—que también tiene en su curriculum haber sido secretario de Energía de la administración menemista—viene asesorando a Macri en las sombras desde mediados de 2015.Y es él quien acercó a las huestes del PRO a Sruoga, quien ahora se perfila para ser el nuevo secretario de Energía Eléctrica.
En tanto, la falta de cintura política ya le costó a Aranguren un primer reto interno de la mesa chica del macrismo.
Fue luego de que, a los pocos días de ser designado, saliera a declarar públicamente que se venía de entrada un fuerte ajuste en las tarifas de luz y gas para los usuarios de la región metropolitana.
Desde el entorno del nuevo Jefe de Gabinete, Marcos Peña le hicieron saber que no debe hablar más con los medios hasta que se concrete la asunción de las nuevas autoridades y salgan a la luz los principales anuncios económicos.
Además del tema tarifario y el posible recorte de los subsidios energéticos que se encaminan a superar los $ 120.000 millones en 2015, Aranguren tendrá que resolver en sus primeros días como ministro dos cuestiones clave.
Aranguren no podrá firmar ni tomar medidas que favorezcan a Shell, según ordena la ley de ética pública para funcionarios que llegan de empresas privadas.
Por un lado, la prórroga o no del actual esquema de precios internos del petróleo que superan los valores internacionales y que implican las constantes remarcaciones de las naftas y el gasoil en los surtidores. Y por otro lado, la continuidad o eliminación de las compensaciones económicas destinadas a incrementar los niveles de producción de crudo y gas.
A eso se agrega la selección de los nuevos responsables que deberán pilotear ENARSA, la CAMMESA (la administradora del mercado eléctrico mayorista) y los entes reguladores de los sectores eléctrico (ENRE), gasífero (Enargas) y nuclear (ARN).
En medio de este ajetreo, Aranguren deberá prestarle especial atención a un aspecto clave vinculado con el nuevo clima de transparencia y anticorrupción que promete Mauricio Macri para su gestión.
Tiene que ver con las incompatibilidades previstas en la ley de ética pública para los nuevos funcionarios que llegan de empresas privadas. En este caso, Aranguren no podrá firmar, ni adoptar medidas que favorezcan a la petrolera Shell, su ex empleadora privada donde trabajó hasta mediados de 2015
Según el artículo 15 de la ley 25188, el futuro ministro deberá “abstenerse de tomar intervención en cuestiones particularmente relacionadas con las personas o asuntos a los cuales estuvo vinculado en los últimos tres años o tenga participación societaria”.