Alberto Fernández perfila su “relato” y se dedica a defender su gestión

A pesar de que quedó debilitado políticamente, en su entorno resaltan que remontó su estado de ánimo y que quiere resaltar los logros de su mandato; la semana de intensidad mediática Hay una percepción compartida…

sábado 22/10/2022 - 21:21
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A pesar de que quedó debilitado políticamente, en su entorno resaltan que remontó su estado de ánimo y que quiere resaltar los logros de su mandato; la semana de intensidad mediática

Hay una percepción compartida por varios funcionarios que trabajan cerca del Presidente y es que Alberto Fernández remontó su estado de ánimo en los últimos días. A pesar de que los sectores del peronismo que se referenciaban en él –la CGT y los movimientos sociales- lo abandonaron como líder y aunque aún no puede salir del pantano de la inflación, el jefe de Estado tomó la decisión personal de perfilar el “relato” de su gestión, defender su legado y “no dejar pasar una más” como transmitieron en los últimos días en la Casa Rosada.

Uno de los insumos que provocó el cambio de actitud del primer mandatario estuvo en los focus group que llegaron recientemente a la Casa Rosada. La imagen presidencial es muy negativa, pero como activos de Fernández asoman la gestión de la pandemia y la “honradez”, según aseguraron dos colaboradores de la Casa Rosada.

“Él siempre sintió que no se le reconoció la tarea del Gobierno y los incendios que tuvo que apagar. Está convencido de que hubo una profunda ingratitud de todos, en particular de los propios”, dijo a LA NACION un funcionario cercano al Presidente. Y agregó: “Ahora está mejor anímicamente. Se da cuenta de que le queda un año y que tiene que defender lo hecho por el Gobierno, además de profundizar la gestión y bajar la inflación”.

Fernández decidió inaugurar la nueva fase defensiva en el coloquio de IDEA, hace diez días. Allí les pidió a los empresarios que miraran “el medio vaso lleno” y exhibió distintas filminas para exponer el crecimiento de la actividad económica y el empleo. “Seré muy débil, pero el que afrontó la deuda con el Fondo y la pandemia, fui yo”, dijo. Envalentonado, habló sin filtro y lanzó una serie de preguntas retóricas. “¿Alguien les pidió un centavo para hacer pública?¿Alguien lo mandó a espiar? ¿Alguien usó la AFIP?”, interrogó a los empresarios.

El discurso cayó pésimo en el kirchnerismo, si bien en la Casa Rosada se esforzaron por asegurar que en todo momento Fernández se refirió a Mauricio Macri y no a los Kirchner. “Si no lo dijo por el kirchnerismo no importa, fue lo que todos interpretamos”, dijo un dirigente que se mantiene cerca de la vicepresidenta.

Cristina Kirchner -que no se pronuncia sobre la gestión desde hace casi un mes, pero volvió a mantener reuniones políticas en el Senado- le dedica feroces críticas a la Casa Rosada, “palabrotas”, según una persona que la escuchó en el último tiempo. “Ella no entiende por qué Alberto no la llama, si él está donde está por ella”, dijo a LA NACION un referente con llegada a la vice.

En el PJ bonaerense, que conduce Máximo Kirchner, también hay impaciencia por la falta de señales de Fernández para convocar al peronismo nacional para comenzar a tramitar las profundas diferencias internas de cara al año electoral. Por eso fue que esta semana, en La Plata, las principales caras del PJ de la provincia resucitaron su mesa política. En La Cámpora sospechan que, detrás de esa pasividad, anida la ambición de Fernández de ir por su reelección.

“Ya va a llegar la etapa de la política, ahora hay que concentrarse en la gestión”, replicó un funcionario que integra el círculo de confianza del Presidente. Fernández toma esta actitud de prescindencia política justo en el peor momento de enfrentamientos tribales en el peronismo. Otro colaborador que ingresa a diario al despacho presidencial agregó: “La decisión es estar plantado, mostrarle a la gente los logros y correrse de las discusiones electorales”.

Gestión y defensa

Los ministros del gabinete se sorprendieron el pasado miércoles al ver a Fernández en la reunión de gabinete. El Presidente tenía agendado un viaje a Catamarca, pero a último momento lo suspendió. “Por primera vez en mucho tiempo sentimos que fue una reunión relevante”, dijo uno de los asistentes.

Un colaborador de Fernández dijo que el verdadero motivo que lo retuvo en Buenos Aires fue la situación del jefe de Gabinete, Juan Manzur, luego de que tomara dimensión que el tucumano regresará a su provincia para presentarse en los comicios de mayo de 2023. El Presidente, desgastado por los continuos cambios forzados, le propuso al ministro coordinador que se tome una licencia de unos 20 días para hacer campaña en Tucumán y luego regrese al cargo. Aún no se resolvió.

La recargada actitud defensiva del Presidente fue la que derivó en el affaire Gran Hermano y la reacción contra el participante que lo llamó “coimero” en una charla de sillón. La portavoz Gabriela Cerruti fue la cara de la batalla mediática, pero la instrucción fue de Fernández. “A veces para cuidar a Alberto hay que decirle que no”, se lamentó por esas horas otro funcionario del primer anillo presidencial que consideró que la estrategia de comunicación fue contraproducente. “Acá no funciona una mesa chica, sino un esquema radial, uno a uno con Alberto”, aclaró sobre las diferencias de criterio.

Pero Fernández convalidó esta semana a la portavoz. No sólo refrendó lo dicho por la funcionaria el viernes en una entrevista televisiva (“Lo único que tengo para dejarle a mis hijos es la honestidad”, dijo) sino que luego replicó un tuit de Cerruti donde ella enumeró desafíos y logros del Gobierno.

Un funcionario de la Casa Rosada defendió: “No queremos dejar pasar una porque hubo una especie debullying feroz de los medios que intentaron crear una imagen del Gobierno que no es y lo vamos a demostrar”.

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