Ada tiene 82 años, acaba de terminar el secundario y se quiere inscribir en la Universidad

En un acto en la escuela le entregaron el diploma. “La materia que más me costó fue inglés, pero la aprobé con ocho”, contó La vida de Ada no fue fácil. Sin embargo esta mujer de…

sábado 11/12/2021 - 19:40
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En un acto en la escuela le entregaron el diploma. “La materia que más me costó fue inglés, pero la aprobé con ocho”, contó

La vida de Ada no fue fácil. Sin embargo esta mujer de 82 años pudo superarse, terminó el secundario y el año que viene quiere ir a la Universidad. Es viuda, vive en La Pampa y con Osvaldo formó una familia enorme con cinco hijos, 16 nietos y cinco bisnietos.

Nació y se crió en General Acha, en el sur pampeano. Cuando tenía un año quedó al cuidado de sus hermanos porque murió su mamá. Su padre trabajó siempre en el campo, por lo que Ada no pudo estudiar. “Vivíamos en el campo y nadie me podía llevar a la escuela que estaba en la ciudad porque quedaba muy lejos”, recordó la mujer. Pero esta cuenta pendiente, gracias al esfuerzo pudo saldarla.

El paso de Ada por el colegio

Cursó los estudios secundarios en la escuela N° 6 de Adultos de Santa Rosa. Todas las noches iba con sus libros y su sueño por superarse al aula a la que alguna vez había entrado pero como portera. Por su edad, era la mayor del curso. “Era como la abuela de todos. Siempre me consultaban cosas. Tuve excelentes compañeros y profesores a quienes voy a extrañar mucho”.

Siempre le gustó leer por eso la materia de literatura no le fue difícil, como tampoco psicología. La que más le costó fue inglés, así y todo pudo aprobarla con un promedio de ocho. Su paso por la escuela lo recuerda con mucho cariño y va por más. Se va a anotar en la carrera de Letras en la Universidad Nacional de La Pampa.

“No siento que sea un ejemplo, simplemente trato de superarme día a día. Así que si en la Universidad aceptan a una persona mayor como yo, el 2022 lo voy a arrancar estudiando”.

Ada Dalinda Pérez trabajó como portera en dos colegios. Estuvo 20 años en la escuela N° 218 y se jubiló en la N° 243. Justamente acá donde cursó la secundaria. “Son las cosas del destino. En esa escuela que me vio desarrollarme, pudo terminar mis estudios”.

La jubilada se enfrenta a una carrera de cinco años. Pero para ella los años no son un peso. Le pide a Dios poder seguir estudiando y recibirse. El esfuerzo y el sacrificio tienen su mérito, porque tarda en llegar, y al final hay recompensa

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