Una almacenera de la extensión del barrio 30 de Octubre, en cuyo negocio se llevó a cabo el viernes uno de los siete allanamientos del denominado “Operativo Favela IX” en busca de la venta clandestina de alcohol, dijo sentirse perjudicada por el resultado y aseguró que tiene todos los papeles de su almacén en regla, los cuales exhibió. Además, mostró la herida que le provocó con un vidrio, frente a la policía, un individuo de la barriada que vende bebidas de manera ilegal.
Ana de la Cruz Lezcano se presentó ayer en la redacción de Diario Patagónico para dar su versión sobre lo ocurrido en la tarde del viernes en la extensión del barrio 30 de Octubre, donde se llevaron a cabo siete allanamientos en el marco del denominado “Operativo Favela IX”, a través del cual se secuestraron bebidas alcohólicas que se venderían en forma ilegal.
“Antes de poner el almacén hicimos los papeles en la Municipalidad y en una entrevista que tuvo mi marido con el señor (Omar) Albornoz (subsecretario de Gobierno), le pidió que fuera un inspector a verificar el salón. Albornoz firmó la nota, el inspector fue y encontró todo correcto. Después por mesa de entrada iniciamos el segundo expediente para la pronta habilitación y Albornoz le dijo a mi marido que pague Ingresos Brutos y todo lo que corresponde al negocio, y que abra el local que en cualquier momento mandaba la gente de Habilitaciones. Después empezaron con la campaña política y comenzaron a tirarse la pelota unos a otros con los de Habilitaciones”, indicó la mujer.
“Yo soy la única que tiene todo a la vista porque no tenemos nada que esconder, tenemos todas las facturas de las cosas que compramos. Durante un año trabajamos y de repente nos caen con esto”, se lamentó.
La cuestión es que durante el procedimiento les secuestraron mercadería, heladeras y un frezeer. Además, mientras la mujer se encontraba en la calle junto a policías, apareció un individuo que le atribuyó haber convocado a la fuerza para que se hiciera el operativo, tomó un vidrio del suelo y le cortó la cara hasta el pecho.
Por esa agresión la mujer tuvo que recibir asistencia médica y radicó una denuncia policial.
Por último, aseguró que su terreno no es ilegal y exhibió el recibo de pago de la mensura que se llevó a cabo en la zona para legalizar las ocupaciones de la extensión del barrio 30 de Octubre.
(El Patagónico)
