“Nunca me llamaron para preguntarme nada”, cuestionó el ministro de Educación, quien dijo que el Estado garantiza el ingreso de los jóvenes en la escuela secundaria, que es obligatoria, pero que eso no significa darles lugar en un establecimiento determinado.
La evaluación de la calidad de los aprendizajes, que 3.000 alumnos realizaron el 1° de diciembre último, después de participar en tres encuentros con profesores y docentes, fue valorada por el ministro de Educación, Luis Zaffaroni. Además, el funcionario pidió responsabilidad al momento de realizar valoraciones sobre un procedimiento que demandó el trabajo comprometido y dedicado de profesionales tanto de la órbita provincial como nacional.
“Es bueno que la gente opine de educación, pero también es bueno ser cauto a la hora de desarrollar ideas, porque si no, no ayudan en nada. A veces con la idea de generar una polémica se instala mal el tema, y la polémica termina siendo una cosa que muestra la precariedad de algunos funcionarios”, dijo el ministro.
De ese modo, Zaffaroni se mostró a favor de que se realicen debates, aunque remarcó que para actuar de manera responsable es central informarse y contar con documentación porque de lo contrario, dijo, “muchos se convierten en opinólogos de oficio”.
“Si queremos hacer un debate, me parece perfecto, pero tenemos que informarnos, documentarnos y actuar con responsabilidad. A mí no me llamó nadie para preguntarme cómo es esto o cuáles son los lineamientos. Alguien, por ahí, citó el derecho internacional sin tener ningún elemento para hablar de los argumentos que nos competen, porque jurídicamente el Estado tiene la obligación de proveer de un banco en una escuela pública a cada uno de los hijos de las familias que tenemos en Chubut, no de darle un banco en una escuela determinada”, aclaró, y señaló que es imposible que una escuela que tiene 150 vacantes pueda albergar a los 300 que quieren ingresar en ella.
Zaffaroni valoró la política educativa que impulsa el Gobierno Nacional y a la que Chubut suscribe, en la que se establece que el Nivel Secundario es obligatorio. “Nosotros vamos a ofrecer como Gobierno, y como escuela pública, un lugar a cada uno de los jóvenes. La verdad que pensar un país con una escolaridad de 13 años realmente es maravilloso y digno de destacar”, subrayó.
Desconocimiento
Sobre quienes confunden la evaluación de la calidad de los aprendizajes con un examen de ingreso, el titular de la cartera educativa dijo que evidencian su desconocimiento sobre el proceso que puso en marcha esta gestión, con tres encuentros previos entre los profesores y los alumnos, para ejercitar los puntos que serían incluidos en la evaluación.
“Los que han desatado la polémica con este tema, se perdieron varios capítulos de la cuestión y se los podemos recordar. Esto es algo que viene desde 2004 y justamente la ciudad en la que se generó un poco de polémica, con muy poco sustento, fue la ciudad que más reclamaba en aquel entonces por cómo era el ingreso al Secundario”, recordó el ministro.
“En Trelew, los padres hacían colas de dos cuadras durante dos semanas, con reposeras, sombrillas, la conservadora. En Trelew era donde quemaban cubiertas en el 2003, pidiendo un lugar. En 2004, cuando fui director general de Nivel Secundario, se implementó la evaluación de la calidad de los aprendizajes, que en ese momento se llamó evaluación de aptitudes. Cuando me fui, en 2005, presentamos un informe de casi 100 páginas y dejé cuatro líneas de trabajo centrales, que no se siguieron trabajando, y que retomamos ahora, que tienen que ver con el grado de articulación entre la Primaria y la Secundaria, como es esta evaluación que 3.000 chicos eligieron para entrar en alguna de las 26 escuelas sobredemandadas”, señaló.
De ese modo Zaffaroni rechazó que la evaluación de la calidad de los aprendizajes pueda ser considerado como un examen de ingreso.
“Examen de ingreso podemos llamar, con reparos, a lo que se hizo desde el 2005 hasta el año pasado. Nosotros retomamos la idea primigenia, porque examen de ingreso es poner una fecha y entregarle a un chico una hoja y hacerlo rendir, y nosotros no hicimos eso”, destacó.
“La propuesta que llevamos adelante es un taller con profesores y maestros, durante tres sábados, en los que se trabajaron dos cuadernillos que fueron producidos por profesionales locales. Los chicos fueron, hicieron ejercicios sobre los cuadernillos y recién después realizaron la evaluación que tiene dos propósitos: el primero, estudiar los aprendizajes y el segundo, evaluar la calidad de la enseñanza porque para nosotros también es central focalizarnos en la formación docente”, indicó.
