Novedades en un combate que se prolongará, según todo parece, hasta después de la Administración Cristina, la que deberá resolver el litigio de alguna manera.
«El equipo de Brufau (en la foto) respalda su versión con una serie de gráficos que se pueden consultar en el archivo adjunto y conformes a la propia documentación remitida por YPF a la Securities Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, la CNMV de la Bolsa de Nueva York, donde cotiza la filial argentina. Por si fuera poco, Repsol acusa a su enemigo de la “creciente presión internacional” a la que está siendo sometida por la expropiación y arremete con dureza contra los acuerdos alcanzados con las estadounidenses Chevron y Dow.»
«La suba de calificación refleja la igualación de la calificación de YPF con la calificación B3 del gobierno de Argentina», señaló Gretchen French, vice presidente de Moody`s a través de un comunicado.
La calificación fue elevada a «B3» desde «Caa1» para la escala global, mientas que subió la nota local desde Ba1.ar a A2.ar.gentina.
La calificación de B3 de YPF refleja la aplicación de la metodología de la calificadora para entidades relacionadas con el gobierno (GRIs, por sus siglas en inglés).
Aparentemente, YPF es beneficiaria de un cambio en la política oficial. Una parte sustancial de los ingresos del 3er trimestre se originaron en la mejor remuneración que obtuvo del Gobierno por la mayor producción de gas.
En noviembre de2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que les aseguraría a las petroleras que aumentaran la producción de ese insumo, ingresos por US$7,5 el millón de BTU (la unidad de medida).
Varias petroleras, comenzando por YPF, suscribieron acuerdos para recibir el beneficio, y obtuvo $1.656 millones por esa vía.
Algo similar se corrobora en el mercado de combustibles, donde las naftas y el gasoil de la compañía incrementaron sus precios.
Los analistas de los principales bancos de inversión recibieron con agrado los últimos balances de YPF. El Itaú sostuvo, en un informe de Ricardo Cavanagh, que «la principal preocupación es la sustentabilidad de los altos beneficios en los trimestres siguientes». Y apunta entre los principales desafíos para la compañía la inflación del 35% para 2014 -de acuerdo con los números proyectados por el banco-, que requerirá negociaciones intensas con los gremios, los proveedores y podría presionar sobre sus márgenes.
YPF apuesta desde hace tiempo a que Pemex, accionista de Repsol, consiga que esta empresa acepte la oferta del Estado argentino para superar el litigio. Hasta ahora, no lo consiguió. Pero en el marco de la presión sobre Antonio Brufau, pudo leerse lo siguiente, publicado por el matutino madrileño Expansión:
«(…) La compañía española, que ha iniciado una decena de frentes legales contra Argentina, también está recibiendo golpes. Recientemente, un juez ha rechazado la demanda iniciada contra YPF por Luis García del Río, miembro del consejo de esta compañía propuesto por Repsol, que aún conserva el 11% de YPF.
El consejero quería obtener una copia del contrato suscrito por YPF con Chevron para explotar el megayacimiento de Vaca Muerta. La decisión del juez coloca a los dos miembros propuestos por Repsol en el consejo de YPF en una situación delicada.
El comité de auditoría de YPF ya dictaminó antes que en el asunto de Chevron los dos miembros propuestos por Repsol (Luis García del Río y Carlos Tombeur) están en una situación de conflicto de interés. Repsol ha denunciado a Chevron por competencia desleal por aliarse con YPF. Hace unas semanas, en una entrevista con Expansión, Miguel Galuccio, primer ejecutivo de YPF, exigía a Repsol, como accionista que es aún de YPF, «lealtad» con la empresa, y se reservaba el derecho a iniciar medidas legales contra el grupo español si «traspasaba» algunas líneas.
En paralelo, se están subiendo al carro de los litigios en torno a YPF y Repsol todo tipo de asociaciones, en muchos casos poco conocidas y con intereses poco transparentes. Los resultados jurídicos son imprevisibles.
Según algunas informaciones, el juez federal (argentino) Ariel Lijo ordenará un análisis contable a cargo de peritos de la Corte Suprema para determinar si existió un perjuicio contra YPF por el hecho del reparto de grandes dividendos en los últimos años de gestión de Repsol junto a la familia Eskenazi.
Si finalmente se demuestra que existió perjuicio, el juez podría embargar una eventual indemnización a Repsol por la expropiación de YPF. (…)».
En tanto, en la web también madrileña El Confidencial, con la firma de Agustín Marco, se publicó:
El espionaje no es sólo una cuestión política, de países que se vigilan con métodos poco diplomáticos. También afecta a las empresas. Así están actuando Repsol e YPF para denunciar a un selecto grupo de banqueros, analistas e inversores de las supuestas manipulaciones que están difundiendo las dos partes sobre la gestión de Vaca Muerta, el tesoro argentino expropiado a la multinacional española por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En la entrevista concedida a El Confidencial por Miguel Galuccio, consejero delegado de YPF, el primer ejecutivo de la compañía latinoamericana admitió tener conocimiento de unos informes reservados que Repsol estaba enviando desde septiembre de 2012 a un colectivo de personas vinculadas a los accionistas de la sociedad y con el sector del petróleo. Unos documentos “en donde se critica, bajo supuestos argumentos técnicos, la gestión que se hizo cargo de YPF desde mayo de 2012” y que provocaron un grave enfado en la cúpula de YPF.
Según la empresa argentina, “en el informe correspondiente al mes de julio de este año, Repsol se centra en la comparación de la performance (evolución) de los pozos puestos en producción por YPF en Vaca Muerta a partir del 16 de abril de 2012 con los que fueron auditados a finales del 2011 por Repsol y que dieron lugar a la incorporación de reservas de Vaca Muerta en los libros de la compañía”. Un asunto de gran relevancia que Galuccio no dejó pasar por alto por la “falsificación de información en la que incurre Repsol”.
“A través de una serie de maniobras en la elaboración y presentación de la información, Repsol llega a la conclusión de que los pozos verticales puestos en producción por la actual gestión tienen un rendimiento más bajo”, aseveración a la que YPF responde con contundencia al asegurar que “los pozos verticales que puso en producción la actual gestión de YPF en 2013 al octavo mes ya habían acumulado 3.300 barriles más que los que puso en producción Repsol durante su gestión”.
Pero el grupo presidido por Antonio Brufau, lejos de amedrentarse, no se ha quedado callado. La empresa participada por La Caixa, Sacyr y la mexicana Pemex ha enviado otro informe confidencial en el que ataca con dureza a los actuales administradores de la que antes era su filial más importante. Según Repsol, en las últimas semanas se ha asistido a un nuevo intento por parte de YPF de disfrazar los verdaderos resultados de su gestión. El grupo pone de manifiesto que los datos que utiliza Galuccio son los facilitados por el Ministerio de Planificación de Argentina, dejando caer que, por tanto, son manipulados.
La española defiende que el contenido de su boletín privado contiene “información –oficial y pública– que fue suministrada por YPF con carácter de Declaración Jurada” y con la que “cualquier lector puede comprobar el comportamiento de producción de todos los pozos en producción de la formación Vaca Muerta por la petrolera”. Además, añade que “las conclusiones a las que se llegaron fueron asimismo ratificadas por informes elaborados por consultoras internacionales e independientes expertas en energía”. La acusación de “falsificación de información” a la que aludía YPF es, por lo tanto, “sencillamente infundada”.
Duro ataque a Chevron y Dow
El equipo de Brufau respalda su versión con una serie de gráficos que se pueden consultar en el archivo adjunto y conformes a la propia documentación remitida por YPF a la Securities Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, la CNMV de la Bolsa de Nueva York, donde cotiza la filial argentina. Por si fuera poco, Repsol acusa a su enemigo de la “creciente presión internacional” a la que está siendo sometida por la expropiación y arremete con dureza contra los acuerdos alcanzados con las estadounidenses Chevron y Dow.
Sobre la primera, señala, “ha recibido la mayor condena de la historia por daños cometidos por empresas de su grupo (Texaco) en la Amazonía” y que “la regla no escrita de juego limpio entre las grandes empresas energéticas ha quedado, en el caso de Chevron, gravemente en entredicho”. En este sentido, la Sala D de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal ha rechazado días atrás una demanda de Repsol contra YPF para obtener copia del contrato suscripto con Chevron.
Respecto a la alianza con Dow, Repsol considera que “demuestra la impaciencia de aquélla (YPF) por presentar cualquier supuesto avance en la explotación del proyecto de Vaca Muerta, en un sector que lo que exige es un marco que genere confianza, seguridad y visión a largo plazo”.
Unas misivas de ida y vuelta que no facilitan nada la negociación para buscar un acuerdo que termine la guerra iniciada hace año y medio. Aunque tanto Galuccio, por un parte, como Brufau, por otra, han expresado por separado sus deseos de conseguir un pacto, en el que ya se ha involucrado el Ministerio de Economía, este contraespionaje demuestra que las posturas están muy lejos de entenderse».
