La interna en La Libertad Avanza volvió a quedar expuesta este fin de semana tras un nuevo cruce entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel. Luego de que el mandatario la responsabilizara por la aprobación de la moratoria previsional en el Senado, Villarruel contestó con dureza y encendió el conflicto al interior del oficialismo.
“Si hay equilibrio fiscal, asistir a los más desprotegidos no debería ser tan terrible. El tema es que un jubilado no puede esperar y un discapacitado menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE y listo”, escribió Villarruel en respuesta a una crítica de un usuario en su cuenta de Instagram, a raíz de la sesión en la que se avanzó con el proyecto de moratoria. El comentario fue publicado en un posteo de hace tres días, donde la vicepresidenta eligió responder sin necesidad de hacer una nueva publicación.
La frase no pasó desapercibida. Milei había calificado a Villarruel como “traidora” en un discurso reciente ante empresarios en la Bolsa de Comercio, lo que elevó la tensión a niveles inéditos desde que ambos asumieron sus cargos.
Lejos de retroceder, Villarruel insistió en que actuó conforme a su rol institucional y redobló la apuesta. “Los insultos por los jubilados y discapacitados me dan la tranquilidad de estar en apoyo de los argentinos más vulnerables. Si quieren ahorrar, terminemos con los gastos de la SIDE”, expresó.
Además, volvió a cuestionar la falta de diálogo con Milei y apuntó contra su actitud personal: “Cuando el Presidente decida hablar y comportarse adultamente, podré saber cuáles son sus políticas, dado que no habla”, lanzó, dejando al descubierto una relación rota en la cúpula del Gobierno.
En otro tramo de la respuesta, la vicepresidenta recordó un momento incómodo durante el Tedeum del 25 de mayo, cuando el presidente le negó el saludo en público. “Hacele el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca”, sentenció.
El fuego cruzado entre Milei y Villarruel marca uno de los momentos más críticos de la gestión libertaria. Lo que comenzó como un frente unido, hoy se ve atravesado por reproches públicos, diferencias ideológicas y acusaciones directas que exponen una fractura en el corazón del poder.
