Vélez se subió a la punta del Final

Ya clasificado a octavos de la Copas, venció a Olimpo con goles de Desábato y Gissi en contra y se subió a la punta del campeonato. Olimpo, que había descontado con Miralles, perdió la chance…

martes 01/04/2014 - 22:00
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Ya clasificado a octavos de la Copas, venció a Olimpo con goles de Desábato y Gissi en contra y se subió a la punta del campeonato. Olimpo, que había descontado con Miralles, perdió la chance de igualar a Colón.

En la previa del partido, las intenciones de Olimpo y Vélez eran claras. El local quería sumar de a tres para seguir inflando su promedio y, de paso, igualar la línea del hasta ese momento puntero Colón. El visitante, por su parte, quería aprovechar el receso de la Copa Libertadores para subirse a lo más alto del certámen. Y lo hizo. Con goles de Leandro Desábato y Dylan Gissi en contra, los de José Flores demostraron que también quieren dar pelea y vencieron con claridad a los de Walter Perazzo, que habían descontado con un gol de Ezequiel Miralles. Los de Bahía Blanca se quedaron con las ganas porque tuvieron varias pero igual siguen firmes en su lucha por no descender.

Los primeros 15 minutos tuvieron un dueño aurinegro. Los bahienses iniciaron el duelo de manera mucho más clara que los de Liniers, que intentaban generar fútbol de la mano de Mauro Zárate pero la firmeza defensiva del local les decía que no. Tanto que Ezequiel Cerutti, lo mejorcito de Olimpo, casi aprovecha una jugada preparada y mandó la pelota al lateral de la red de Sebastián Sosa, generando la más clara hasta el momento. Todo hasta que apareció la clase de Héctor Canteros: Tito se lustró el botín con un magnífico centro a Leandro Desábato, que sacó jugo de su soledad y se tiró de palomita para vencer a Nereo Champagne. Si bien se esperaba la reacción de los de Walter Perazzo, poco hubo que esperar para que Mauro Zárate volviera a asustar con un gran tiro libre, que se terminó estrellando con el travesaño. Después volvió a aparecer Cerutti, aunque no tuvo suerte.

La segunda mitad comenzó a la inversa de la primera. Los dirigidos por el Turu impusieron su fútbol con destellos de Canteros, la figura, Mauro Zárate y Roberto Nanni. Justamente, el último sacó provecho de una desinteligencia de los bahienses y desbordó para asistir a Tito, que empujó la pelota y, rebote en Dylan Gissi de por medio, marcó. A los pocos minutos, otro tiro libre, esta vez para Olimpo, no terminó en el arco de la V azulada gracias a los reflejos de Sosa. Después, la expulsión de Facundo Cardozo por doble amarilla parecía que cambiaría el ritmo del partido, pero poco de eso paso. El DT velezano acomodó el equipo sacando a Jorge Correa y metiendo a Emiliano Papa, sumado a que los dos delanteros aguantaron la pelota sin ningún inconveniente en campo rival. Aunque Ezequiel Miralles se encargó de dar el susto: Papa trató de despejar un centro raso y le cedió la pelota al atacante, que metió el pie para el descuento de los de Perazzo. Ahí se empezó a sentir el cansancio y las piernas de Vélez tardaban en reaccionar. Pero a pesar de los intentos del local, el Fortín terminó cantando victoria y se subió, al menos por el momento, a la punta del campeonato.

Quilmes le ganó a Belgrano en el Centenario

Sin el aliento de sus hinchas, venció con gol de Turus en contra y volvió a sonreír después de cuatro partidos. Todavía piensa en la salvación el equipo de Caruso. El Pirata llegó a los seis sin ganar.

En las malas, siempre es importante escuchar alguna voz. Una palabra de aliento. Aunque sea un mimo. Un respaldo ante la adversidad. Y en el sur bonaerense, a pesar de haber jugado sin hinchas por suspensión, Quilmes se encontró ante Belgrano con el triunfo después de cuatro partidos. Claro, el que le dio ese vozarrón de alegría fue un contrario: ganó con gol de Gastón Turus en contra. Así, todavía cree en la salvación. El Pirata, preocupado, lleva seis sin ganar y encima terminó con diez por roja a Luciano Lollo.

De movida, las posturas estuvieron bien de manifiesto. El local, con la pelota, tomando la iniciativa. Intentando ser lo más prolijo, con sus limitaciones, ante un visitante replegado. Tímido lo del bando cordobés, apostando a esperar y salir de contra. Llegaba el Cervecero, aunque sin estar certero en la definición. No daba la estocada final. El que sí la dio fue Turus: centro desde la derecha y, en su afán por cerrar, el defensor la tocó con su rodilla y se la clavó a un palo a Juan Carlos Olave.

Curiosamente, el mencionado tanto despertó al Pirata. Porque a partir de los 30 minutos, el partido se hizo más equilibrado. Los visitantes abandonaron su letargo y fueron decididos al ataque. Más tenue lo de Quilmes y más incisivo lo de Belgrano. Como si los papeles se hubieran intercambiado. De todas maneras, lo del team de Ricardo Zielinski fue reiterativo: es que apostó siempre a los desbordes y centros al área. Puso toda la carne al asador, pero no fue suficiente. Una de Carlos Bueno, bien tapada por Cristian Lema en un cierre, fue una de las más peligrosas. En el final, también pusieron intensidad, pero no terminó de ser suficiente.

A pesar de haber soportado momentos de zozobra, los de Caruso Lombardi aguantaron y hasta pudieron haber ampliado con un remate de Pablo Garnier, tapado magistralmente por Olave. De esta forma sellaron un gran triunfo y mantienen la fe. Aún creen. Y aunque no contaron con el aliento de su público, la voz de la esperanza estuvo.

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