Valeria tiene cáncer y lucha por recuperar la casa que su expareja le arrebató: “No tengo más tiempo, mi vida se va”

Valeria reclama la devolución de su casa tras descubrir que su exmarido la alquiló sin permiso durante su tratamiento. Actualmente vive con sus hijas en un lugar prestado y busca recuperar su hogar.

martes 02/09/2025 - 20:22
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En medio de una batalla que sobrepasa el solo hecho de la salud, Valeria Martell, una mujer diagnosticada con cáncer, enfrenta una crueldad inesperada: la pérdida de la vivienda que, con sus propios recursos, adquirió en 2007. “Esta casa es un pedazo de mi vida, un refugio que nadie debería arrebatarme, menos ahora”, lamentó.

Madre de tres hijas —de 23, 20 y 14 años—, Valeria ha vivido en carne propia la paradoja de la fortaleza maternal y la vulnerabilidad propia. Mientras lucha contra la enfermedad, sus hijas mayores se multiplican en roles para sostener a la familia: “Ellas estudian, trabajan y me cuidan, nos turnamos para seguir adelante”, comentó.

En el 2024, durante su tratamiento en Córdoba, Valeria tomó la difícil decisión de alquilar su vivienda para costear las terapias. “Pensé que era un respiro, un aporte para no preocuparlas más de lo necesario”, explica.

Sin embargo, al regresar a Comodoro, la sorpresa fue amarga: su exmarido, con quien no comparte bienes porque la compra fue previa a su matrimonio en 2009, había entregado el inmueble a terceros sin su consentimiento. “Esa casa es mía, comprada con mi esfuerzo antes de juntar nuestras vidas legalmente. No entiendo cómo puede negarse a devolverla”, expresó.

Ante esta situación, Valeria no tuvo otra opción que presentar una denuncia penal por usurpación. “La justicia realizó todas las averiguaciones. Imploré que me devuelvan lo que me corresponde. Él nunca se hizo cargo de nada”, explicó.

Respecto a la negociación, agregó que durante la pandemia le dio tiempo a su exmarido, quien le respondió que estaba endeudado. Sin embargo, Valeria sostiene que “él formó una familia, pero dice que necesita darle un techo a su hijo para no dejarlo en la calle. ¿Y mis hijas? No le importan”.

La mujer también manifestó sentirse desamparada en el ámbito legal. “Necesito ayuda porque la justicia me dice que el proceso llevará tiempo, y yo no tengo cómo pagar un abogado. De entrada me cobraban dos millones y medio”, contó.

Actualmente, Valeria y sus hijas habitan un departamento cedido, ajeno, lejos de la estabilidad que anhelan. “Estamos en un lugar prestado, pero mi lucha es para que mis hijas tengan un lugar seguro donde crecer, donde no las alcance mi enfermedad”, dijo. La mujer lanzó una petición pública urgente: “No tengo más tiempo, mi vida se va. Necesito que mis hijas estén tranquilas en su casa”.

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