Una universidad acusó al 90% de sus alumnos de usar IA para los trabajos prácticos, pero debió retractarse

La recriminación tuvo un problema: la institución usó un sistema de IA que falló en su análisis y culpó indebidamente a muchos estudiantes.

lunes 20/10/2025 - 14:54
Compartí esta noticia

El nuevo boom de la Inteligencia Artificialha revolucionado las costumbres en numerosos ámbitos. El sector de la educación no escapa a esta lógica: hay múltiples usos provechosos e interesantes, que emplean esas tecnologías para la mejora en el aprendizaje; y, en paralelo, casos en los que la automatización va en desmedro de las prácticas de estudio aconsejadas.

Con la intención de echar luz sobre ese panorama, la Universidad Católica Australiana (ACU, por sus siglas en inglés) recientemente acusó al 90% de sus estudiantes de usar sistemas de IA para hacer trampa en sus trabajos académicos.

El problema fue que para ese relevamiento, la institución también usó un modelo de IA que arrojó conclusiones erróneas.

El acusador, acusado: IA y trampas académicas en ambos lados del mostrador

Un informe del sitio Futurism reveló el accionar de la ACU que, para descubrir si sus alumnos usan IA tramposamente, también usó un sistema de IA.

El panorama es el siguiente: en la era de la Inteligencia Artificial Generativa, chatbots como ChatGPT de OpenAI y Google Gemini, entre otros, permiten crear textos en un abrir y cerrar de ojos, partiendo de simples instrucciones. Por mencionar un par de ejemplos, el usuario puede pedir que la IA cree un escrito de 20 páginas en el que se analicen las características de la obra de Jorge Luis Borges; o un texto resumido que repase los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.

En ese marco, diversas instituciones, entre ellas la ACU, echaron mano a los denominados detectores de textos generados con IA. En la práctica, son sistemas que revisan ciertas marcas en el contenido, desde etiquetas que no son evidentes a simple vista, hasta frases recurrentes de los modelos. El problema es que esas herramientas también se basan en IA y, en tanto, sus resultados pueden ser inexactos.

En específico, la ACU usó el programa Turnitin, un clásico en centros educativos para la detección de plagios, que en el 2023 sumó funciones para identificar textos generados con IA. A pesar de que los propios desarrolladores de ese software advierten que no debe ser la única fuente para acusar a un estudiante, el informe de la universidad australiana se basó en sus conclusiones como única prueba.

Tras los señalamientos por su proceder, las autoridades de la ACU aseguran que revirtieron al menos un cuarto de sus acusaciones. Además, decidieron dejar de usar el mencionado software para este tipo de indagaciones.

Aparecen en esta nota:
#IA#tecno
Compartí esta noticia