En diálogo con FM La Petrolera 89.3 MHz, explicó: «El día de ayer a la mañana perdimos todo. Nuestra casa era de chapa, la mitad de material, pero se quemó todo. Creemos que fue por un cargador que estaba enchufado cerca de la cama de mi padrastro, porque mi hijo se despertó por el olor a quemado y se acercó a la habitación de mi mamá para ver qué era lo que se estaba quemando. Y se estaba quemando justamente la cama de mi padrastro”.
En ese momento, el menor estaba solo en la vivienda. “Logró escapar, rompió una ventana. El tiempo que él se quedaba solo eran 10, 15 minutos, porque mi mamá se había retirado a las 7 de la mañana del domicilio para llevar a mi padrastro al médico, al Hospital Regional porque tenía un turno. Y yo salgo a esa hora mi trabajo, que está cerca del Magisterio”.
Y contó: “Me enteré por una vecina que me mandó un mensaje justo cuando yo salía. Así que pedí una trafic en la calle para poder llegar a mi casa desesperada, porque estaba mi hijo solo en la casa. Cuando llegué, gracias a Dios, ya había salido. Estaba resguardado donde una vecina”.
La familia perdió todas sus pertenencias materiales: “Tampoco es que vivíamos lujosamente, pero lo poco que teníamos, lo poco que estábamos logrando progresar, lo perdimos”, dijo.
Además, remarcó que su madre y su padrastro, ambos medicados, “no estaban tampoco viviendo en buenas condiciones porque él no tenía baño para discapacitados, mi casa no estaba adecuada para una persona con silla de ruedas”.
Marina se encuentra en la casa de una amiga en la extensión del barrio Máximo Abasolo, mientras que sus padres están alojados en un albergue. “Yo necesito poder brindarle seguridad a mi familia en este tiempo, porque la verdad que para mi mamá y mi padrastro no debe ser nada fácil estar lejos de su casa, lejos de sus comodidades, y para mi hijo tampoco”.

Gracias a los vecinos de Comodoro, Marina recibió ayuda económica: «Con toda la gente de Comodoro que se solidarizó logré juntar 700 mil pesos para poder conseguir un alquiler”.
Sin embargo, todavía no ha logrado acceder a una vivienda. “Una señora me llamó y me brindaba una casa amueblada, pero yo les dije que a mí no me sirve porque a mí me donaron una cama de dos plazas y yo necesito ir a retirarlas las cosas y poder acomodarlas, poder acondicionar un lugar como si fuera un hogar”.
En tanto, indicó que puede afrontar un alquiler mensual de 400 mil pesos y 300 mil de depósito. Por este motivo, si bien se comunicó con el área de Desarrollo social y el funcionario Ricardo Pueyo, solicitó que el Estado se haga presente: “Soy una madre soltera. Tengo dos personas con discapacidad a cargo mío. Soy hija única tratando de cuidar a su familia, y yo sola no puedo con todo esto”, expresó.
“Necesitamos las mismas cosas que tiene una casa: heladera, cocina, colchón, cama, ropa también, calzado, para mí, para mis padres y para mi hijo. Y un espacio para que podamos estar los cuatro juntos», sostuvo.
Los interesados en colaborar pueden comunicarse con Martina al 2974727345.
“Agradezco a toda la gente de la ciudad que se comunicó conmigo y me brindó su apoyo, su ayuda. Muchísimas gracias, que Dios los bendiga y los recompense por todo”, concluyó.
