La Cabo Principal Aeronáutica Micaela Andrea Escalera regresó de la segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano 2022/23 (CAV) que la llevó a vivir una de las experiencias más importantes para los integrantes de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros (EAH2) a la que pertenece desde que ingresó en la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA) en el 2012.
Antes de llegar al continente blanco, en 2022 Micaela viajó a la ciudad de Bariloche durante la temporada invernal para realizar el ejercicio Nevada que consiste en un adiestramiento en zona fría y de montaña para pilotos, tripulaciones, y mecánicos de vuelo, a fin de recrear las condiciones y características de los vuelos que se realizan en la Antártida.
Antes de llegar al continente blanco, en 2022 Micaela viajó a la ciudad de Bariloche durante la temporada invernal para realizar el ejercicio Nevada que consiste en un adiestramiento en zona fría y de montaña para pilotos, tripulaciones, y mecánicos de vuelo, a fin de recrear las condiciones y características de los vuelos que se realizan en la Antártida.
Este ejercicio fue la puesta a punto para que durante la primera y segunda etapa de la CAV 2022/23, la Cabo Principal integrara el Grupo Aéreo embarcado (GAE) a bordo del “Almirante Irízar”, junto a pilotos, oficiales técnicos, y suboficiales a cargo del mantenimiento de las aeronaves. El grupo es liderado por el Comandante de la EAH2, Capitán de Corbeta Juan Antonio Prados.
El hangar del “Irízar”, que cobija a dos helicópteros Sea King de la escuadrilla, se convirtió en su nuevo lugar de trabajo e implicó desafíos diferentes a los que se le presentan en la rutina cotidiana de su Escuadrilla, con asiento en la Base Aeronaval Comandante Espora.
Por su orientación Aviónica y durante los vuelos programados, la oriunda de Rawson se encarga de la inspección y verificación del funcionamiento de los sistemas de comunicación, internos y externos, y de navegación de las aeronaves: “Hacemos el mantenimiento, y una vez en marcha la aeronave, quedamos atentos a las comunicaciones externas que mantienen los pilotos con tierra o el buque y, asimismo, dentro de la cabina durante los vuelos”.
Estando en el continente blanco esto cambia, asegura, y cumplió además de sus tareas en tierra, funciones como tripulante de vuelo, es decir, como ayudante mecánico: “Si es mi turno de volar me mantengo en la parte de atrás de la cabina del helicóptero, a fin de controlar lo que es el enganche y la estabilidad de la carga durante el vuelo de traslado desde el buque hacia las bases antárticas”.
Cabe destacar que los helicópteros son de vital importancia para brindar el apoyo logístico y de abastecimiento a las bases conjuntas argentinas, por su capacidad de transportar carga de hasta 2.700 kilogramos y trasladar a 11 personas a bordo.
Al llegar a las bases antárticas, sobre todo en Marambio y, la más alejada de la península, Belgrano II, “la tarea se intensificó por el clima, pero se hace llevadero porque nos ayudamos entre todos”, dijo Micaela. “Y como soy del sur, me adapto bastante fácil al frío también”, agregó.
Micaela refirió que esta comisión es la tercera en su carrera desde que ingresó a la ESSA. Estuvo al inicio de su experiencia profesional en la Base Aeronaval “Punta Indio”, en el partido bonaerense de Verónica; después en Bariloche en el ejercicio Nevada, y ahora la Antártida.
