Una adhesión desde la Iglesia a la marcha contra los dichos de Milei que sorprendió

La Pastoral de la Diversidad de Mendoza llamó a acompañar la movilización de la comunidad LGBT+ porque “la sociedad argentina no debe volver sus pasos sobre la tolerancia y los derechos de las minorías”.

domingo 02/02/2025 - 14:20
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Decir que el mundo está viviendo una época de cambios vertiginosos es un concepto gastado, además de una obviedad. No por ello deja de llamar la atención los cambios que instituciones milenarias como la Iglesia católica vienen experimentando, en su caso especialmente desde el Concilio Vaticano II, en la década del ‘60, y actualmente durante el pontificado de Francisco.

Uno de los cambios llamativos es el referido a la relación del catolicismo con los homosexuales, antiguamente denostados -particularmente a partir de lecturas literales de la Biblia- y, más acá en el tiempo, señalados por los sectores más conservadores por sus conductas sexuales.

La última versión del Catecismo de la Iglesia Católica, que data de 1992, dice que si bien la homosexualidad es “una inclinación objetivamente desordenada” por lo cual los homosexuales “están llamados a la castidad”, señala que “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza” a la vez que “se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.

Aquello –escrito en tiempos de Juan Pablo II con la pluma del entonces cardenal Joseph Ratztinger- constituyó un paso relevante “en los papeles” en cuanto a su consideración, pero el cambio cultural que ello implica lleva tiempo. Por eso, fue tan impactante la frase de Francisco a poco de ser elegido: “Quien soy yo para juzgar a un gay si busca honestamente a Dios”.

En la Argentina, las fuertes críticas desde la Iglesia católica sobre todo a las organizaciones de homosexuales se reflejaron en la década del ‘90 a través de manifestaciones del entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Quarracino, quien llegó a sugerirles a aquellos gays que insistían con sus reivindicaciones “que se fueran a una isla” a cumplir sus demandas.

Tres décadas después, un organismo de la arquidiócesis de Mendoza, la Pastoral de la Diversidad, adhirió a la marcha de protesta por las afirmaciones estigmatizantes hacia los homosexuales que formuló el presidente Javier Milei en el Foro de Davos, adhesión que respaldó el arzobispo mendocino, quien es a la vez presidente de la Conferencia Episcopal.

En declaraciones al portal Mendoza Post, monseñor Marcelo Colombo –de él se trata- consideró que la sociedad argentina no debe volver sus pasos sobre la tolerancia y los derechos de las minorías, aunque aclaró que “la doctrina de la Iglesia no ha cambiado, sino que lo que cambió es su actitud hacia las personas que vienen a plantear su homosexualidad”.

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