La casa pertenece a una conflictiva familia del sector, que le alquiló la vivienda a un hombre con el fin de pagar un abogado defensor para uno de ellos, que en marzo acribilló a tiros a otra persona y ahora comparece ante la Justicia. Al inquilino lo desalojaron a la fuerza y debió irse de una noche a la otra. Otra familia aprovechó la oportunidad y usurpó el asa. Hubo piedrazos y hasta tiros en pleno horario de salida escolar.
Eran menos de las 6 de la tarde y en el barrio Padre Corti a un costado de la Ruta Provincial N°39 se escucharon gritos, piedrazos y hasta detonaciones de arma de fuego.
El escándalo se desarrollaba en la calle Ojos del salado y Cerro Hermitte, donde un grupo de al menos cinco personas apedreaban una vivienda situada en la cuadra.
La situación puso en alerta a los vecinos, que mediante un grupo de WhatsApp pedían la inmediata intervención de la Policía e identificaron a los protagonistas de la reyerta: “La familia Hernández volvió”, rezaba uno de los mensajes a los que tuvo acceso este medio.
Según pudo saber EL COMODORENSE, la conflictiva familia estaba intentando ‘recuperar’ una vivienda que pertenece a los integrantes del clan.
Allí vivía un reconocido personaje del ambiente delictual comodorense, que en marzo de este año acribilló a tiros a una persona y está siendo procesado por el crimen.
Ante ello, la casa estaba siendo alquilada a un hombre que pagaba mensualmente un monto para habitarla y con ese dinero la familia pagaba el abogado defensor del sujeto, pero con la noticia de que el sindicado por intento de homicidio podría salir de prisión en las próximas semanas, quisieron desalojarla.
Le dieron aviso al inquilino, que debió desalojar la casa este miércoles por la noche. Con la vivienda vacía, otras personas se habrían introducido con la intención de usurpar la casa, y así lo hicieron.
Este jueves por la tarde la familia arribó a calle Ojos del salado, y al ver que la casa estaba ocupada no apuntaron exactamente al diálogo para recuperarla. Siendo plena tarde y aprovechando la nula presencia policial en la zona, comenzaron a agredir a piedrazos la vivienda y el vehículo de la persona que alquilaba.
Incluso se escucharon detonaciones de arma de fuego, lo que alertó aún más a los vecinos, que en algunos casos optaron por no volver a sus hogares de las actividades cotidianas como colegio o trabajo para no exponerse al peligro de ser alcanzados por un proyectil.
“El barrio estaba tranquilo, lo preferíamos al muchacho que a esa familia que trae miedo, robo y destrucción”, confió un habitante del sector a este medio.
Pasadas las 20h lograron desalojar a los usurpadores y llegó la policía para apaciguar la situación. Eran al menos seis los patrulleros presentes en el sector, donde arribó hasta Infantería y se contabilizaban más de dos decenas de efectivos.
En la escena se evidenció el nivel de violencia vivido a plena luz del día: un vehículo con vidrios rotos, una casa con ventanas tapeadas con personas atrincheradas adentro y finalmente muchas piedras utilizadas como proyectiles en la entrada de la casa.
Mientras tanto, todo un barrio en vilo esperando que la situación no se cobre ninguna víctima, y ahora que no incremente la inseguridad en el sector ante la llegada de la cuestionada familia nuevamente al sector.
