Ángel Moreira sostuvo que “declaró cualquier cosa porque estaba drogado” y ahora evalúa si demandará al Estado por los 3 años que estuvo en prisión sin pruebas en su contra.
TN – Ángel Moreira, también conocido como “El Cachila”, recuperó la libertad en las últimas horas por el delito de encubrimiento por el crimen de Lola Chomnalez, la adolescente asesinada en 2014 en la playa uruguaya de Barra de Valizas. La Justicia de ese país lo absolvió por falta de pruebas y, tras haber estado tres años preso, afirmó: “La pasé mal, casi me matan”.
El resultado negativo del cotejo de su ADN con el material genético que se encontró entre los objetos de la víctima fue la clave de la excarcelación del “cuida coches”, que estaba detenido desde el inicio de la investigación.
“La pasé mal, casi me mataron, pero bueno, la fui llevando. Pasé dos meses en el calabozo durmiendo en una bolsa de basura”, sostuvo en diálogo con Subrayado de Uruguay, en su primera entrevista con los medios al salir de la cárcel.
De acuerdo a su relato, el día de su detención había fumado pasta base. “Me llevaron drogado hasta las manos y dije cosas que no debí decir, por eso estuve preso”, apuntó Moreira. Además resaltó que durante el encierro contrajo tuberculosis y que nunca pudo ver a sus hijos.
Por último, se refirió a una posible demanda contra el Estado por los tres años que estuvo preso y, aunque todavía no tiempo de hablar sobre esto con su abogado, no lo descartó.Play VideoLa genetista uruguaya Natalia Sandberg durante la conferencia de prensa que dio este martes en Montevideo. (Foto: gentileza de El País, de Uruguay)
La postura de la familia de Lola tras la absolución
Juan Willman, uno de los abogados de los padres de Lola, aseguró a Télam que esperan que la fiscalía apele el fallo. Además, la fiscal Jéssica Pereira había solicitado al magistrado que condene al “cuida coches” a 10 años de prisión por “encubrimiento”.
Por el crimen de la joven continúa detenido Leonardo David Sena quien, según indicó el juez Giménez Vera, “es quien depositó su material genético en la escena del hecho, es decir, en la toalla que estaba en el interior de la mochila que llevaba Lola el día que murió y en su documento nacional de identificación argentino”.
“Está científicamente ubicado en el lugar del crimen. Reconoce haber tomado contacto con las pertenencias de Lola y que sustrae dinero de la mochila, reconoce lo que es imposible no reconocer porque la evidencia científica lo coloca en ese lugar, pero niega la autoría del crimen”, señaló el abogado de la familia de la víctima.
