El astro argentino del Barcelona se lesionó y tuvo que dejar la cancha en camilla. Entró en el segundo tiempo y a la media hora salió lesionado. El mundo del fútbol entró en pánico pero el parte médico trajo paz: sólo sería una «contusión en la cara externa de la rodilla izquierda». Hoy seguirán los estudios.
Podía ser una tarde histórica. Porque el récord estaba ahí, porque otra vez los portones de la historia se abrían para Lionel Messi, pero la jornada terminó entrando en los libros por el peor sentido. Cerca de las 18.30 de la Argentina, el mundo se paralizó al ver al rosarino tendido sobre el césped del Camp Nou, con una mano en la rodilla izquierda y la otra cubriéndose la cara. La lesión tapó el partido, la clasificación del Barcelona y la posibilidad de superar a Gerd Müller, como máximo goleador en un año natural.
Por suerte, los primeros partes médicos acercaron tranquilidad al mundo del fútbol. “Las pruebas realizadas (esta noche) han confirmado que el jugador Leo Messi sufre una contusión ósea en la cara externa de la rodilla izquierda”, arrojó el primer comunicado oficial del Barcelona. Los estudios serán profundizados en los próximos días, pero incluso no se descarta que pueda volver a la cancha el fin de semana mismo: “La evolución clínica marcará su disponibilidad para el próximo partido, el domingo contra el Betis, según han informado los Servicios Médicos”, cerró el parte.
Hay que revisar el archivo, de adelante para atrás y de atrás para adelante, para encontrar una imagen de Messi duro en el piso, tieso del dolor, retirándose con las manos en la cabeza en el carrito de la enfermería. Y no la vas a encontrar… A cinco minutos del final, en un partido que Barcelona jugaba para completar su participación en la fase de grupos, a Messi lo buscaron con un pelotazo profundo y encaró al arquero como tantas veces. Pero Artur lo tocó en su intento por achicar, le movió la rodilla izquierda y el argentino siguió la jugada tocado, consciente de que algo había pasado, y no bien remató al arco, cayó fulminado al piso. Y no se movió más…
Mientras sus compañeros y rivales (entre ellos Ezequiel Garay, compañero de la Selección) se acercaban, preocupados, el carrito de asistencia llegó con los doctores y así como estaba se lo llevaron al vestuario. Los medios a nivel internacional no tardaron en llevar a Messi a su portada, pero la preocupación generalizada calmó con las primera informaciones positivas. Hay que esperar, pero ya hubo un buen primer paso para calmar la ansiedad de catalanes, argentinos y futboleros en general.
