En una audiencia de cesura de pena celebrada este viernes, la jueza penal Daniela Arcuri decidió postergar la sentencia definitiva contra Blas Bustamante, condenado la semana pasada por robo agravado con uso de arma de fuego (cuya aptitud para disparar no se acreditó) a un chofer de Uber el 15 de agosto de 2024. La lectura de la pena se fijó para el 30 de diciembre, mientras se mantiene la prisión preventiva del imputado por seis meses o hasta que la sentencia quede firme.
Durante la jornada, la fiscal Verona Dagotto solicitó cinco años de prisión efectiva, destacando agravantes como la violencia en vía pública, de noche, y los antecedentes penales de Bustamante, reincidente por segunda vez.

Reconoció su vulnerabilidad infantil –ausencia paterna, adicciones y exclusión social–, pero argumentó que el imputado, con empleo al momento del hecho, internalizó normas y optó por delinquir contra la propiedad.
La defensa, a cargo de Gustavo Oyarzun, pidió tres años de prisión, cuestionando agravantes como el «transporte público» –»Uber es servicio privado», afirmó– y priorizando la historia de explotación laboral y deseo de Bustamante de recuperar la libertad para sus hijos. Presentaron testimonio de una trabajadora social que detalló su niñez marginal y voluntad de rehabilitación. El imputado, al declarar, se proclamó «inocente y detenido injustamente».

Arcuri justificó la prisión preventiva por el quebrantamiento previo de arresto domiciliario, los antecedentes y la certeza de pena efectiva. La fiscal respaldó la medida por riesgo de fuga.
El hecho
El 15 de agosto de 2024, cerca de la 01:20, en cercanías de la Escuela San José Obrero (barrio San Martin), Blas Esteban Bustamante y un cómplice solicitaron un viaje por la app Uber. Subieron a la parte trasera de un Ford EcoSport conducido por la víctima, acompañada de su pareja.
El más robusto (Bustamante, con pelo largo) desvió el recorrido hasta la intersección de Gustavo Bahamonde y Miguel Amado (barrio Moure). Allí, al bajar, ambos extrajeron armas de fuego, apuntaron al chofer y gritaron “esto es un robo”.
“Te voy a hacer boleta”, amenazó el más gordito, exigiendo pertenencias bajo amenaza de muerte. Le sustrajeron $3.000 en efectivo de la guantera y un celular Samsung.
El cómplice descendió primero y le ordenó a Bustamante disparar, pero este no lo hizo; huyeron a pie por un pasaje. La víctima y su pareja alertaron a la policía.
