La modelo aseguró que compartirá con sus “clientes” las fotos más osadas que en Instagram no puede publicar.
La rosarina se lanzó a la fama tras participar de Gran Hermano en 2001. A partir de allí se mantuvo en los medios, donde consiguió trabajo y también se adentró en el mundo del modelaje.
Sin espacio en las primeras planas, la modelo busca poder volcar el contenido que Instagram no le deja subir a esa plataforma por ser muy “subido de tono”.
Por este motivo decidió emigrar a una plataforma de venta de contenido para adulto, tal como lo hizo en su momento Florencia Peña, y vender sus fotos hot a los usuarios que quieran adquirirlas.

Para poder hacerse de las postales más osadas de la modelo, se debe desembolsar unos US$15 dólares, o alrededor de $3.000 pesos.
“Nos vemos en una plataforma para creadores de contenidos donde podés subir cosas que otras redes te censuran. Funciona como una red social privada en la que cada creador sube su contenido y quien quiera puede suscribirse mensualmente y ver todo lo que se publica. Te espero”, expresó en Instagram para persuadir a sus fans.
“Libertad es una palabra grande que muchas veces nos cuesta por infinitas razones. Si algo he aprendido es que mi libertad es aceptarme como soy, mirarme en el espejo y sentirme contenta con la mujer que encuentro sin que me importe lo que piensen los demás. ¿Qué tal si nos conectamos con esa parte mía!?”, dijo.
