Semanas claves para UCR y PJ: plan, alianzas, calendario electoral, y la inflación

Alguna vez fueron los principales contendientes electorales. Ahora comparten cada uno un frente electoral. Semanas claves para ambos partidos. Calendario electoral en discusión. Una conversación entre Scioli y Sastre. Luque, y la agenda verde que…

lunes 06/06/2022 - 0:48
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Alguna vez fueron los principales contendientes electorales. Ahora comparten cada uno un frente electoral. Semanas claves para ambos partidos. Calendario electoral en discusión. Una conversación entre Scioli y Sastre. Luque, y la agenda verde que puede traer crecimiento.

Si Provincia no toma una decisión respecto del calendario electoral, en menos de un año Chubut estará metida de lleno en ese proceso. En el peronismo confían en convencer a Mariano Arcioni de la necesidad estratégica de despegarse del calendario nacional para no “Contagiarse” las desgracias que está atravesando el Frente de Todos. Y en Juntos por el Cambio la apuesta es al revés, introduce la columna De Puño y Letra de diario El Chubut.

Sea quien fuere el candidato a presidente de la alianza opositora, llevar en la boleta a Horacio Rodríguez Larreta, Facundo Manes o Gerardo Morales, es todo “crema” para los candidatos que surjan de la alianza entre el PRO, radicales, y los partidos que se sumen en Chubut.

El juego de conveniencias peronistas podría cambiar si el FdT logra un candidato a presidente que sea potable a la clase media más castigada por la economía. Está todo por verse.

Entretanto, el peronismo chubutense a través del intendente de Comodoro Juan Pablo Luque, y el vicegobernador Ricardo Sastre, se prepara para intentar lo que no consigue desde 2007 cuando Mario Das Neves aún era miembro del Partido Justicialista: ganar la provincia con un candidato propio.

Tal aventura será muy difícil si los peronistas no logran contener en una misma alianza al Gobierno provincial con Mariano Arcioni a la cabeza, más Chusoto, y el Frente Renovador que sorprendió el último fin de semana con un precandidato de La Cámpora para Trelew, el joven delegado del Ministerio del Interior Emanuel Coliñir. El que lo “santificó” fue Alejandro Sandilo, referente del FR y colaborador principalísimo del gobernador Arcioni.

Mas allá de esta “introducción peronista”

La UCR ya perdió elecciones PASO consecutivas contra el PRO, liderado por el senador nacional Ignacio “Nacho” Torres, que es la nueva estrella electoral de la política chubutense, luego del triunfo contundente en las legislativas del año pasado.

El asunto es que los radicales no se conforman con ser los consortes de Torres y del PRO. Y están trabajando en una tarea política fuerte, en recomponer el partido en todas sus líneas, en convocar a los militantes que quedaron adormecidos luego de casi 20 años de derrotas electorales, y en entusiasmar a gente nueva.

Más allá de esta “sanación” interna en la que se ha metido de lleno el presidente del partido, Damián Biss, la tarea más trascendente que tienen el intendente de Rawson y los dirigentes radicales es la de tener un plan de gobierno propio, para discutirlo con el PRO, que está armando el suyo a través de los “think tank” de la Fundación Pensar.

Biss tenía para sí tres hitos importantes en este nuevo capítulo del radicalismo: realizar el plenario de Gaiman, el Primer Encuentro de Mujeres, y lo próximo será “resetar” y relanzar el Instituto de Capacitación y Elaboración de Políticas Públicas (ICEPP), que lleva el nombre de José María Sáez, presidente del partido por segunda vez en la recuperación democrática y ex senador nacional, fallecido en 2011.

La aspiración de Biss es tener un plan de gobierno antes de las próximas elecciones primarias. Eso en sí mismo es una novedad. Durante años, las candidaturas fueron más bien personalistas y los planes estaban en farragosas plataformas partidarias que se presentaban a la Junta Electoral. Y había campañas de nombres y de consignas.

Pero la situación se ha vuelto tan compleja con la inflación, el aumento de la pobreza, los problemas de empleo que en el Valle golpean muy duro, la proliferación del asistencialismo y de los planes sociales; que ahora los votantes se están poniendo exigentes, muy impacientes, y demandan que los dirigentes digan qué van a hacer.

La preocupación por los precios se ha disparado al doble y la demanda de mayor seguridad, trabajo y educación son constantes. Esos datos son registrados en cada encuesta que se hace en esta provincia. Por ello, es mejor tener un plan. El PRO, la UCR, y el peronismo están en ello. Y los dirigentes que pueden gobernar desde 2023 tienen claro que el problema número uno hoy es la inflación.

Hubo otro hecho más reservado la semana pasada y que involucró a Torres y a Biss. Tuvieron una conversación telefónica en la que “no hubo pelea”, dijeron las fuentes, ya que las últimas comunicaciones habían sido difíciles.

Torres y Biss están intentando mantener la expectativa sobre JxC, y puede que haya de aquí a fin de año actividades en conjunto. Igual, siempre hay vasos comunicantes entre ambas fuerzas. Biss no habría sido el único radical en conversar o mantener mensajes con Torres últimamente. También lo habrían hecho Fabián Gómez Lozano y Gerardo Merino, ambos probables precandidatos a intendentes de Trelew por la UCR.

Según parece, los habría motivado un rumor que corrió como la pólvora y que fue desmentido igual de rápido. Ni la UCR ni el PRO estarían pensando de ningún modo posible, ni aunque fuese la última Coca Cola del desierto, en un pacto electoral con el ex ministro de Seguridad Federico Massoni, con quien algunos peronistas han estado teniendo conversaciones.

En el peronismo tambien hay movimientos

Primero, lo último: la llegada de Daniel Scioli al gabinete de Alberto Fernández -aún en medio del enorme papelón político que significó la salida de Matías Kulfas del Ministerio de la Producción- podría ser buena para las actividades productivas de la provincia. “Scioli es un amigo de Chubut” dicen en Fontana 50 (…es una muletilla. Todos sabemos que destruyeron la sede del Gobierno a piedras y fuego… con la muy probable complicidad de algún sector político de Trelew).

Scioli -embajador en Brasil- estuvo intercambiando mensajes de WhatsApp con dos chubutenses este fin de semana. Primero, con Mariano Arcioni. Los otros mensajes fueron con el vicegobernador Ricardo Sastre, a quien habría invitado a formar parte de su equipo en el nuevo Ministerio.

Dilema para el vice chubutense. Podría ser una gran vidriera trabajar con Scioli en un área tan caliente, donde llueven todos los problemas derivados de la falta de acceso a dólares, importaciones, cepo y precios. Pero por otro lado, dejar la provincia con una campaña electoral a la vista, también sería delicado.

Desde el sur provincial

Juan Pablo Luque empuja dos cuestiones. Primero, una agenda “verde”. El 38% de las energías renovables de la Argentina se producen en nuestra provincia, y los tres parques eólicos en los alrededores de Comodoro tienen la eficiencia energética más alta del mundo, de hasta el 65%.

Los que le siguen están en el Mar del Norte, y su eficiencia es de la mitad. La energía limpia es una fábrica de dinero, y de exportaciones y divisas. También genera inversiones y trabajo, sobre todo las plantas de amoníaco para procesar el “hidrógeno verde”.

El otro asunto de urgencia que ocupa a Luque es intentar ir “cerrando” con Sastre y con el gobernador Mariano Arcioni la unidad de los dos frentes (peronista y del Gobierno provincial) para el año que viene, y coordinar una agenda electoral. Pero no sería tan sencillo, porque hay puntos de desacuerdo.

Arcioni no quiere saber nada de acuerdos con Adrián Maderna, ni con Gustavo Mac Karthy. Tampoco estaría tan seguro de adelantar el calendario electoral como les convendría a Sastre y Luque y desdoblarse del comicio nacional. Otro punto de fricción estaría alrededor de una probable candidatura del gobernador a diputado nacional. Arcioni piensa que debe encabezar esa nómina en las elecciones nacionales. Y ni Luque ni Sastre están convencidos de que el mandatario deba ir en la boleta.

Hoy, 6 de junio, habría que decir que Arcioni está más cerca de no hacer un frente con el PJ, que de hacerlo. Por eso sigue construyendo, juntando gente y probables candidatos a intendente.

Veremos si esta semana hacen la «cumbre de tres» entre Luque, Sastre y Arcioni, de la que se viene hablando hace semanas.

El dilema que los tres dirigentes

Cómo hacer para ir juntos, conformar a todos, y no dar pasos en falso. Se sabe que Alberto Fernández y Sergio Massa ya le pidieron a Arcioni “ir todos juntos” el año que viene. Luque y Sastre reciben mensajes en la misma sintonía. Y luego, cada situación tiene un análisis particular.

El PJ debe decidir si le conviene desdoblarse de la elección nacional o no. En el primer caso, competirán mano a mano con los postulantes de JxC en Chubut. Y en el segundo, irán en la misma boleta que el candidato a presidente del Frente de Todos, por lo que caerán en la grieta. Ahora, si el candidato oficialista fuese Scioli, bien cabría recalibrar estas opciones.

Ahora, si el candidato oficialista fuese Scioli, bien cabría recalibrar estas opciones. Luego, está el asunto “Maderna”. Ni Luque ni Sastre lo tienen como santo de su devoción. Pero saben que no podrán llegar a la gobernación sin ganar en Trelew, o al menos hacer la mejor elección posible.

Por lo tanto, deberán hacer -por fuerza- algún acuerdo con Maderna, que tiene una clientela electoral fidelizada a fuerza de planes sociales, bolsones de comida, subsidios e invernáculos, de unos 12.000 votos, por lo menos. Y que también necesitarán a Florencia Papaini, del Frente Peronista de los Mac Karthy.

La necesidad muestra siempre los peores rostros. Lo que deben sopesar en el peronismo, es que aliarse a Maderna significa convalidar a un sector político, con aliados sospechados de los peores atentados que se recuerden en Chubut contra instituciones de la democracia.

Hay que recordar los incidentes terribles de diciembre pasado en 14 edificios públicos, incluyendo la Casa de Gobierno que quedó destruida, y el atentado criminal con bombas molotov contra diario EL CHUBUT, con sus periodistas y demás personal dentro de la casa. Desde ese punto de vista, los candidatos que Maderna logre meter en una lista peronista, o él mismo, serán un blanco fácil para las críticas de la oposición.

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