Ocho patrulleros persiguieron al conductor de un Fiat Uno y no pudieron detenerlo. Sus ocupantes circulaban en actitud sospechosa frente a una empresa de barrio Industrial y motivaron una extensa persecución de al menos ocho móviles policiales, pero al escapar, llegaron al barrio Abel Amaya, se introdujeron a su vivienda y así evitaron ser detenidos.
De acuerdo con los llamados que alertaron al Centro de Monitoreo, los ocupantes del Fiat Uno color oscuro y sin patente trasera se encontraban ayer a las 14 en actitud sospechosa en inmediaciones de una empresa que no fue precisada por las fuentes oficiales, señaló hoy el diario Patagónico.
Al mismo tiempo, los vecinos de las calles Los Nogales y Granaderos, donde se encuentra el Colegio 34 “Ciudad de Comodoro Rivadavia”, daban cuenta de un tiroteo entre grupos antagónicos y describían las características también de un Fiat Uno implicado.
Esos dos episodios generaron confusión en los efectivos, por lo que personal de la Seccional Tercera tras divisar al vehículo buscado inició una persecución por los barrios Industrial, Pueyrredón y Abel Amaya.
El conductor del Fiat Uno oscuro cruzó la avenida Yrigoyen y luego continuó su alocada carrera por Chile, en sentido sur. A esto, los patrulleros de las distintas dependencias se sumaron al operativo para tratar de interceptar al rodado sospechado.
Finalmente, el conductor del Fiat se introdujo a su domicilio, en un sector del barrio Abel Amaya; estacionó el vehículo en el patio y cerró el portón en la cara de los efectivos que llegaron a bordo de al menos 8 móviles.
Impedidos por la ley, ya que carecían de orden precisa del Poder Judicial, los uniformados no pudieron ingresar al inmueble porque los ocupantes del vehículo no habían cometido ningún ilícito más que desobedecer la orden policial cuando se los quiso identificar.
Los empleados policiales tampoco pudieron individualizar a los sujetos que desde el patio, y entre risas, se burlaban del importante despliegue policial.
