Un 20 de junio del 2007, Juan Román Riquelme se consagraba como el mejor jugador del continente convirtiendo los dos goles de la final de vuelta en Brasil ante Gremio, sellando un global demoledor de 5 a 0.
Boca llenó los ojos de fútbol de todos los futboleros del continente en ese 2007, donde el 20 de junio alzó su sexta Copa Libertadores de la mano de un rendimiento rutilante de Juan Román Riquelme, autor de 3 de los 5 goles de Boca en la serie final contra Gremio de Porto Alegre.
El equipo entonces dirigido por Miguel Ángel Russo contaba con figuras del calibre de Mauricio Caranta, Clemente Rodríguez, Jonathan Maidana (actual jugador de River), Morel Rodríguez, Daniel ‘Cata’ Díaz, Hugo Ibarra, Neri Cardozo, Ever Banega, Pablo Ledesma, Juan Román Riquelme, Rodrigo Palacio, Martín Palermo, Jesús Dátolo y hasta Sebastián Battaglia, actual director técnico del club.
El Xeneize conformó el Grupo 7 junto al Toluca Mexicano, Cienciano de Perú y Bolívar de Bolivia. El certamen para Boca inició con empate sin goles en Bolivia, siguió con victoria de local ante Cienciano de Perú con un golazo de Hugo Ibarra en cancha de San Lorenzo, dado que La Bombonera había sido suspendida por incidentes en la serie ante Chivas de México dos años antes.
Boca tropezó en México cayendo 2 a 0 ante Toluca, pero le propinó una goleada en casa (cancha de Vélez) por 3 a 0 en la fecha siguiente. La cosa se complicó con la derrota ante Cienciano también por 3 a 0 en Perú, pero supo sobreponerse con un contundente 7 a 0 contra Bolívar también en cancha del Fortín. La combinación de resultados hizo que Boca pase de fase, pero como segundo de grupo.
UNA SERIE AGUERRIDA ENTRE DOS ARGENTINOS
En los octavos le tocó contra un duro Vélez Sarfield que vendió cara su derrota. El primer partido fue en La Bombonera tras los tres partidos de sanción, donde los hinchas presenciaron la goleada por 3 a 0 con tantos de Riquelme, Palermo y Clemente Rodríguez. Fue el encuentro donde se dio la histórica agresión de Gastón Sessa a Palacio con una patada en la frente cuando ya tenía la pelota dominada, que le significó la tarjeta roja y un penal que fue malogrado por Palermo.
La vuelta empezó mal para Boca, ya que Mauro Zárate (con posterior paso en el Xeneize) convirtió el primero a los 14 minutos de iniciado el encuentro. Riquelme trajo tranquilidad con un gol olímpico con complicidad de la defensa velezana. Zárate en otra oportunidad y Ocampo le dieron la victoria a Vélez por 3 a 1, pero no alcanzó dado que Boca se llevó el global por 4 a 3.
LA SORPRESA PARAGUAYA Y LA MAGIA DE RIQUELME
Los cuartos cruzarían al equipo de Russo con un aguerrido Libertad de Paraguay, que se llevaba una valiosísimo victoria de La Bombonera con un gol de Osvaldo Martínez casi sobre el final. Sin embargo, en el último suspiro apareció Palermo (que había errado un penal) para empardar el trámite a los 45’ del segundo tiempo.
La vuelta en Paraguay fue una exhibición de Riquelme, que abrió el marcador para que luego Palacio selle el 2 a 0 y la clasificación del combinado Xeneize.
GOLPAZO CONTRA UN DEBUTANTE EN SEMIS Y LA MÍSTICA COPERA
En semifinales Cucuta de Colombia en su histórica participación dejaría casi nocaut a Boca dándole vuelta el trámite al equipo argentino que había empezado ganando con gol de Ledesma y le propinó un 3 a 1 contundente. Pérez por duplicado y Bustos marcaron para los colombianos.
La niebla fue la protagonista principal de la vuelta, donde Boca sacó a relucir toda su mística copera. Riquelme de tiro libre primero, Palermo después y Battaglia decretaron el 3 a 0 para darle al Xeneize el pase a una nueva final.
«BOCA, SIEMPRE BOCA, Y HASTA CUÁNDO BOCA…»
Gremio de Porto Alegre con los argentinos Sebastián Saja y el ‘Flaco’ Schiavi esperaba en la serie definitoria y visitaba La Bombonera en el partido de ida. Con Diego Maradona en el palco y miles de papelitos azules y amarillos camuflando el verde césped, Boca se ponía en ventaja con un gol gestado por su tridente histórico: tiro libre de Riquelme, Palermo la salvó y metió al área y Palacio la empujó para el 1 a 0.
Riquelme en un nuevo pincelazo de magia metió el segundo de tiro libre y desaparecía del campo a los brasileños. Ledesma en una carambola empujó la icónica pelota amarilla con púrpura para el 3 a 0.
Con plena confianza y una goleada a su favor, Boca fue a Brasil y jugó de igual a igual contra un Gremio desesperado por empatar la serie. El gol de visitante no valía doble y por eso debía meter 3 para igualar el trámite y 4 para ganar la copa.
Boca, vestido con un short amarillo que no formaba parte de la habitual vestimenta titular y un Riquelme iluminado, se puso en ventaja con un golazo del 10 desde el vértice derecho del área grande que venció a Saja.
Más adelante Riquelme terminó con toda esperanza de los torcedores de Gremio poniendo el 2 a 0. Para colmo, el ‘Flaco’ Schiavi (con pasado ganador en Boca) le cometió penal a Palermo que se hizo cargo de la ejecución pero la mandó afuera. Fue el tercer penal errado por el 9 en la copa, pero el único número que importaba era el del global, un histórico 5 a 0, la diferencia más abultada en una final ida y vuelta de Libertadores.
Llegó el pitazo final y los hinchas explotaron en Porto Alegre y toda la Argentina. El relator Mariano Closs inmortalizó el momento con una inolvidable alocución y Boca alzó su sexta y última Copa Libertadores hasta el momento.
Desde entonces, Boca disputó dos finales, ambas con derrotas ante Corinthians en 2012 (3 a 1 en el global) y la histórica final contra River con el 3 a 1 en Madrid y un global de 5 a 3.
