San Lorenzo volvió a tirarle la historia encima a Boca

El Ciclón fue mucho más que el Xeneize pero ganó con mucho sufrimiento: Torrico le tapó un penal a Chiqui Pérez a los 43′ del ST. Quedó a dos de Newell’s, al que enfrenta en…

domingo 03/11/2013 - 20:00
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El Ciclón fue mucho más que el Xeneize pero ganó con mucho sufrimiento: Torrico le tapó un penal a Chiqui Pérez a los 43′ del ST. Quedó a dos de Newell’s, al que enfrenta en la que viene.

San Lorenzo ganó bien un partido de campeonato. Y Boca perdió con justicia uno idem, aunque siga con chances. Sería chiquito quedarse sólo con la salvada de Torrico en el final, con ese penal que la atajó a Chiqui Pérez, que hubiese cambiado todo el papa del partido. Sería chiquito decir que Boca lo pudo haber empatado por esa falta que generó Erbes, que estuvo acertado el planteo de Bianchi y bla bla. Porque el Ciclón fue mucho más y justificó con su juego el triunfo y la paternidad.

Sin soslayar las ausencias de líderes como Riquelme y Gago, fue increíble la diferencia del primer tiempo. Un equipo clase A conra uno B. Un San Lorenzo presionando, atacando, generando chances, haciendo figura a Orion. Pese al 4-4-2 de Bianchi, el Ciclón pasaba como si nada por el medio y Correa y Villalba hacían desastres con su velocidad. Romagnoli tuvo su chance con un penal en el mismo arco donde al final de la nochecita se hizo gigante Torrico, y tapó Orion. Y hubo más chances contra un rival apichonado, totalmente dominado y obnubilado. El empate en el descanso era como un triunfo, por cómo se había dado el partido y porque el punto, en definitiva, igual le servía.

Pero el comienzo del segundo tiempo fue una continuación del primero, con San Lorenzo atacando, con Correa dibujando en el área y metiendo el gol tan merecido a los dos minutos. Y siguió yendo el local, redondeando una hora de muy buen juego. Pero después cometió el error de bajar un poco los decibeles, de darle respiro a Boca, de dejarlo crecer y soñar con un empate que antes era casi una utopía. Y así cambió la mano, no porque Boca fuera peligroso sino porque empezaba a tener la pelota y a acercarse como nunca al área rival. Y se sabe que siempre pese más la historia cuando te perdiste muchos goles y no lo pudiste liquidar.

Sin líder, pero con suma de voluntades, Boca (quedó a cuatro de Newell’s) empujó ya con Riaño y Paredes en cancha, con Martínez desbordando por derecha. Y sacó la carta ganadora cuando Gentiletti se llevó puesto a Erbes a dos del final, cuando Chiqu Pérez podía cambiar el humor de toda la tarde. Pero no, a diferencia de Mendoza, el central falló en el penal y Torrico se hizo figura en una sola bocha, la del partido. Porque San Lorenzo fue muchísimo más, pero lo terminó ganando gracias a su arquero. Esta vez, éll fue el papá de Boca.

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