Un grupo de tres personas que deambulaba por la ciudad de Esquel fue demorado por personal policial para identificar a los individuos.
Cuando los jóvenes se percataron de la presencia de los agentes, uno de ellos rompió con su brazo la luneta de un patrullero y salió corriendo.
Fue perseguido por los efectivos que lograron darle alcance a unos cuantos metros, constatando que, producto del golpe al vidrio del auto, había sufrido cortes.
Pese a estar lesionado, el joven se resistió al arresto trenzándose en lucha con los agentes, que pudieron reducirlo y ponerlo en detención por daño agravado, atentado y resistencia a la autoridad.
