La rutina nocturna de cierre se convirtió en una situación inesperada para los trabajadores de un supermercado de Puerto Madryn en la madrugada de este lunes. Luego de cerrar, el personal de limpieza realizaba su recorrido habitual por el local cuando se topó con un obstáculo: la puerta del baño estaba completamente trabada y no podían ingresar.
Fuen una empleada la que intentó abrirla sin éxito hasta que finalmente logró forzar el acceso. Lo que encontró en el interior, ya fuera del horario de funcionamiento del comercio, no sólo la sorprendió, sino que le dio un buen susto: un hombre se encontraba escondido en el interior del sanitario.
Al verse descubierto, el hombro intentó escabullirse y huir, pero superada la sopresa inicial, la mujer inmediatamente salió corriendo atrás suyo para dar aviso a sus superiores, y el presunto ladrón no pudo lograr su cometido.
El episodio ocurrió un el establecimiento comercial ubicado sobre Avenida Gales, donde la policía terminó deteniendo al intruso tras recibir un llamado de alerta de sus responsables.
Una treta para evitar a los custodios
El gerente del supermercado explicó que existe un protocolo establecido para estos casos. «El personal de seguridad revisa minuciosamente el local antes de cerrar para evitar que alguien quede dentro», confirmó el responsable del comercio.
Sin embargo, en esta oportunidad el individuo logró burlar los controles y mantenerse oculto, sin que nadie lo viera, y decidido a disfrutar de lo que acababa de robar de las góndolas, según quedó certificado luego por las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Pero no calculó que después de los custodios, pasarían por el lugar el equipo de limpieza. El llamado al 101 fue inmediato para reportar la situación a las autoridades.
Los efectivos policiales se dirigieron al lugar y procedieron a la detención del sujeto en el mismo baño donde había permanecido escondido.
La inspección del baño reveló además que el sujeto había causado daños considerables: había varios azulejos de la pared rotos y el inodoro también había sufrido destrozos.
Durante el procedimiento, los agentes secuestraron una mochila negra y gris que tenía un logo triangular sin marca. El gerente del supermercado confirmó que era idéntica a las que se comercializan en el local. Por otra parte, en su interior hallaron productos que se venden en el negocio, lo que confirmó que el hombre había estado tomando mercadería de las góndolas del local.
Tal vez lo que tenía en la mochila pensaba llevárselos después del cierre. Pero entre tanto, disfrutó consumiendo algunos otros productos en el lugar.
Cerveza y chocolate
La policía científica realizó un minucioso relevamiento y entre los hallazgos se encontraron múltiples evidencias del consumo realizado por el intruso: papeles de chocolates, una lata de cerveza vacía, otra de una conocida marca de bebidas energizantes también vacía y como si esto fuera poco, un dispositivo de alarma que había sido arrancado de un producto y arrojado en un cesto de basura.
Poco después, las cámaras de seguridad fueron clave para terminar de esclarecer lo sucedido e incriminar al sospechoso, ya que a partir de las grabaciones pudieron probar que el sospechoso estaba en el lugar antes de la hora de cierre.
De este modo, la hipótesis apunta a que se escondió en el baño con intenciones claras de permanecer en el comercio para sustraer productos sin ser visto.
Todos estos indicios fueron suficiente para que dispusiera la detención del presunto ladrón, que quedó a disposición de la justicia acusado tanto por los destrozos y como por el consumo de productos sin autorización del comercio.
Con información de LMNNeuquén
