San Martín no pudo en el Monumental y bajó a la B Nacional tras perder 3-1. Con Barovero como figura, y con un gol en offside, el equipo de Ramón Díaz espera terminar en el segundo puesto del Final. Final vergonzoso.
La chance era suya: San Martín dependía de su propia fortuna para definir su futuro. Pero no pudo. No supo. No le alcanzó. Jugó un primer tiempo con nervios y un segundo con actitud, pero enfrente estuvo River, que apunta aún a terminar segundo, que contó con un Barovero en un día increíble, con un gol en offside –el de Sánchez para el 2-0-que Delfino no vio y con tres goles que llegaron en momentos claves, pero sin demasiado esfuerzo. Así, los sanjuaninos se despidieron de la Primera División.
River pegó primero y bien. Luna llegó al fondo por la izquierda y tiró un centro que encontró a Vangioni parado en el lugar preciso en el momento indicado: 1-0 a los 13 minutos. Un baldazo de agua helado para el sanjuanino, que no se pudo acomodar, cometió errores claves y recibió el segundo, en offside, también por sus fallas defensivas. River fue mucho mejor en ese primer tiempo y supo marcar la diferencia.
El gol de Caprari, el descuento, llegó en un momento ideal, que le metió suspenso y que pareció generar una reacción en el visitante. Y fue así: en el inicio del segundo, San Martín casi logra el empate que, de empatar Argentinos, forzaba una definición entre ambos. Pero apareció Barovero. En todo su esplendor. Tapó una atrás de la otra, lo tuvo Luna, Riaño, Landa, Penco.
Hasta que la ansiedad y los nervios comenzaron a gobernar el partido: primero tras un supuesto penal no cobrado de Abecasis a Riaño, que derivó –tras el foul a Lanzini- en la roja a Ledesma. Y después, ya en el final, y con el gol (y los gestos) de Iturbe, comenzó el papelón. Peleas, golpes, insultos y llanto de los hombres de San Martín, que no se merecían este final bochornoso, pero que se despiden igual con la frente alta. Dieron todo. Hasta la vuelta.
La victoria del ‘Bicho’, que igual se salvaba
Con un gol de Pablo Hernández a cuatro del final, Argentinos le ganó a Newell’s en el Parque y se aseguró un año más de Primera. La Lepra igual tuvo su festejo en un estadio que explotó de pasión.
Ninguno de los dos tenía muchas ganas de jugar el partido. Newell’s la tenía en su fiesta, en esa tarde mágica que vivió desde temprano, que se extendió durante los 90 minutos y que siguió hasta la noche tarde. Y Argentinos la tenía en las cuentas, calculadora en mano, como empleado que no llega a fin de mes. En lo que pasaba en Núñez, sobre todo, porque en definitiva lo que ocurrió allí fue lo que definió la historia.
El Bicho se sacó una mochila de plomo temprano, no bien escuchó el murmullo de gol en el Monumental, cuando Vangioni clavó un bombazo para abrir el partido. Y, más todavía, cuando Carlitos Sánchez. Pero, igualmente, no se apartó del libreto que tenía preparado para desempeñar en Rosario. Nada de desarmarse, nada de perder la cabeza, firme atrás, achicar espacios, no entrar en el vértigo que propone Newell’s… Y así, el equipo de Caruso, fue llevando el partido hasta que encontró el hueco para dar el golpe. Pudo ser con Droopy Gómez, pudo ser con alguna de Anangonó, pero fue recién sobre el final cuando Hernández madrugó a todos en el primer palo y, de cabeza, desató el desahogo en La Paternal.
Newell’s, que tuvo el control del partido en el comienzo y en el final del primer tiempo, y alguna chance clara en el segundo, no tuvo la furia de sus mejores tardes, entendiblemente en una tarde de fiesta, y al final se abrazaba al empate que le permitía ponerse a penar en la Copa, la Superfinal y las buenas que están por venir. A Argentinos le queda un año durísimo por delante, porque los 37 puntos de la campaña condicionan. Pero ésa será otra historia.
