Qué se sabe sobre el crimen de Lara, Morena y Brenda, las chicas asesinadas en Florencio Varela

Los velatorios de las jóvenes se realizaron en San Justo. Imputaron a cuatro personas por “homicidio calificado”.

viernes 26/09/2025 - 10:30
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El hallazgo de los cuerpos de Lara Morena Gutiérrez, de 15 años, Brenda del Castillo, de 20, y Morena Verdi, de 21, en Florencio Varela, provocó una conmoción en todo el país y abrió una investigación que apunta directamente a un brutal ajuste de cuentas narco. Las jóvenes habían sido vistas por última vez el viernes a la noche cuando subieron a una Chevrolet Tracker blanca. El vehículo apareció incendiado en un descampado, a pocos metros de la vivienda donde finalmente se descubrió el macabro desenlace.

Según confirmaron fuentes judiciales, las tres chicas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas durante la madrugada del sábado en una casa ubicada en las calles Chañar y Jachal. Allí se encontraron manchas de sangre y los cuerpos enterrados en una cámara séptica del fondo de la propiedad. El horror se agravó cuando el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, reveló que los crímenes fueron transmitidos en vivo por Instagram para un grupo cerrado vinculado al narcotráfico. Al menos 45 personas habrían presenciado en directo las torturas y el asesinato, acompañadas de un mensaje mafioso: “Esto le pasa al que me roba droga”.

Los resultados de las autopsias confirmaron la brutalidad con la que actuaron los asesinos. Lara fue la víctima sobre la que se ejerció mayor ensañamiento: le amputaron los dedos de la mano izquierda, sufrió cortes en el cuello y en la oreja, y hubo un intento de calcinar su cuerpo. Brenda presentaba fractura de cráneo, heridas en el rostro y un corte transversal en el abdomen que se realizó después de su muerte. Morena, en tanto, tenía lesiones en la cara, una luxación cervical y fue asfixiada con una bolsa en la cabeza.

La Justicia sostiene que el crimen fue ordenado por un narco peruano de 23 años conocido como “Pequeño J”, señalado como líder de la organización. Se cree que planificó tanto la trampa para llevar a las jóvenes como la transmisión en vivo del asesinato. En un allanamiento a su búnker, ubicado en el barrio porteño de Barracas, la policía encontró trampas electrificadas y un mensaje dirigido a las fuerzas de seguridad. Por el hecho ya hay cuatro detenidos: dos parejas, una argentina y otra peruana, acusadas de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento y violencia de género.

La causa tuvo un giro en las últimas horas, cuando el fiscal Gastón Duplaá fue apartado y la investigación quedó en manos de la Fiscalía de Homicidios de La Matanza, a cargo de Adrián Arribas. La decisión busca dar mayor celeridad a un expediente que, además de la brutalidad del crimen, expuso la penetración del narcotráfico en barrios del conurbano y el uso de las redes sociales como mecanismo de disciplinamiento interno.

El dolor se trasladó a los velatorios realizados en San Justo, donde familiares y vecinos despidieron a las jóvenes en medio de escenas de profundo dramatismo. Estela, la madre de Lara, exigió justicia con la voz entrecortada por el llanto, mientras sostenía un retrato de su hija. Paula, la madre de Brenda, se desmayó al salir de la sala velatoria, acompañada por familiares que intentaron contenerla. Antonio, abuelo de Brenda y Morena, expresó su impotencia: “Siento bronca, no pude largar una lágrima”. El entierro está previsto para este viernes en el cementerio Las Praderas, en Camino de Cintura.

El triple crimen dejó al descubierto la ferocidad de las disputas narco en la provincia de Buenos Aires, donde tres jóvenes fueron utilizadas como símbolo de venganza. El pedido unánime de familiares y allegados es claro: justicia para Lara, Brenda y Morena, y el castigo ejemplar para los responsables de un hecho que, por su crueldad y exposición pública, dejó una marca imborrable en la sociedad argentina.

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