El fin de semana se conoció la trágica noticia del homicidio de un joven de 25 años en una estación de servicio del centro de la ciudad. El hecho ocurrió en la madrugada del pasado domingo, cerca de la 1:45, en la avenida Hipólito Yrigoyen, a la altura de la calle Ducós.
La víctima, Ariel, oriundo del partido de General Villegas, Buenos Aires, había llegado a la ciudad el jueves. Desde hacía dos años viajaba realizando trabajos como vendedor ambulante. Su padre, Andrés, expresó su dolor en diálogo con El Comodorense Radio: “No tengo palabras, me duele mucho lo que está pasando”.
Andrés también manifestó su frustración ante la falta de avances en la investigación: “Nos dan muchos peros. Hay cámaras por todos lados y supuestamente no pueden encontrar la patente de un coche”.
Además explicó que habló con alguien de fiscalía y no obtuvo respuestas positivas, sino que solo le preguntaron si quería donar los órganos de su hijo, sin siquiera ofrecerle la posibilidad de reconocer el cuerpo.

“Supuestamente, lo que él (Ariel) me contó, habían tenido problemas con unos trapitos. Todo el mundo los conoce y saben la clase de persona que son. Ellos no querían que mi hijo y sus amigos trabajen ahí” señaló.
El relato de Andrés sobre el ataque fue contundente: “Los muchachos lo llaman para comprarle. Dijeron que tenían la plata en el auto. Cuando se acercan, bajan dos y le empiezan a disparar. Ahí le disparan en la cabeza a mi hijo y a su amigo. El tercero tuvo un Dios aparte”.
Por último, el padre aclaró que hay confusión sobre la cantidad de personas involucradas: “En todos lados dicen que eran dos personas, pero eran tres, no dos. Eran tres personas los que estaban en la estación de servicio, estaba mi hijo y dos amigos más que estaban vendiendo».
Ante la consulta, Andrés explicó que el tercer joven «no pudo ver a nadie porque salieron corriendo».
