“Ya tenemos casi todo, pero lo principal que nos falta son golosinas para completar las bolsitas. Este año está muy difícil, no tenemos casi nada. Con unos chupetines, alfajores o turrones podríamos sumar un poco más para que los chicos tengan su regalo”, señaló Méndez en diálogo con FM La Petro, quien lleva 15 años al frente del merendero que fundó junto a su esposo.
La referente explicó que la situación económica impactó en la capacidad de recibir donaciones: “Antes asistíamos a 20 o 30 familias, ahora son entre 50 y 60 que vienen en busca de alimentos. La gente que colaboraba antes hoy no puede hacerlo porque perdió su trabajo”.
A pesar de este panorama, Méndez y su equipo continúan con la tarea social. “Seguimos trabajando por los chicos y por el barrio. El festejo del Día del Niño es una oportunidad para que, aunque sea por unas horas, puedan disfrutar y olvidarse de las dificultades”, concluyó.
