Por el desalojo a los mapuches y la seguridad en el fútbol, volvió la tensión en el gobierno

Después del intento de asesinato a la vicepresidenta de la nación hace poco más de un mes, reaparecieron los problemas de inseguridad también en el desalojo de los usurpadores en Villa Mascardi y en el…

sábado 08/10/2022 - 11:17
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Después del intento de asesinato a la vicepresidenta de la nación hace poco más de un mes, reaparecieron los problemas de inseguridad también en el desalojo de los usurpadores en Villa Mascardi y en el cruce entre Gimnasia y Boca que debió ser suspendido. Ahora, el oficialismo atraviesa por un clima de tensión inesperado en pleno fin de semana largo.

No solo se sintió la fuerte represión en La Plata cuando una persona murió y más de una decena resultaron heridos, sino también lo sucedido entre semana con el desalojo de quienes se denominan mapuches de las tierras de Villa Mascardi. Asimismo, la salida de la ministra del área de Género y Diversidades, Elizabeth Gómez Alcorta, por la detención de mujeres mapuches generó cierto impacto en el oficialismo.

El episodio, que coloca nuevamente a Sergio Berni en el ojo de la tormenta, se produce en un clima de tensión apenas disimulado en la primera línea del oficialismo. Alberto Fernández, en lugar relegado, y CFK prácticamente no se hablan. El Presidente ha sumado malestar con Sergio Massa, sobre todo luego de su viaje a Washington. Y el ministro de Economía acaba de registrar el primer mensaje inquietante de la ex presidente -por el impacto de los índices de pobreza e indigencia- y señales más ásperas del kirchnerismo duro.

Según lo detalla al periodista de Infobae, Eduardo Aulicino, El nuevo sacudón en el Gabinete tiene varias lecturas. En primer lugar, el deterioro del valor de los cargos ministeriales como resultado y a la vez agravante del desgaste de gestión. Y, a la par, la sensación extendida de que todo acto de Gobierno puede generar crisis y astillamientos, como acaba de ocurrir frente al conflicto del gremio de los neumáticos o a raíz del desalojo de tierras ocupadas por grupos violentos que se reivindican representantes de los mapuches.

El caso de La Plata expone otro origen, pero en términos políticos tiene resultados parecidos: reaviva las disputas en el interior del oficialismo. Berni recibe facturas nacionales y bonaerenses, previsibles y casi todas como fruto de viejas batallas. Axel Kicillof pareció dejarlo en soledad. Queda claro, otra vez, que su futuro como ministro bonaerense depende sin vueltas de CFK.

Berni enfrenta su momento más crítico, dentro y fuera del oficialismo. Y seguramente tendrá estribaciones en la Legislatura. Juntos por el Cambio, inmerso en sus propias disputas nacionales -y también, duras, con foco en la Provincia-, unificó posiciones y coloca al Frente de Todos en situación de definir hasta qué punto busca avanzar con el tema. Dependerá de cómo resuelva la situación en el plano doméstico.

Por lo pronto, funcionarios del Gobierno nacional recuerdan con acidez sus peleas con Sabina Frederic y después con Aníbal Fernández. No pasaron inadvertidas algunos repudios a la represión desde el reducido entorno de Olivos. La Cámpora, el Movimiento Evita y algunos intendentes también expresaron o dejaron trascender sus cuestionamientos. El gobernador busca colocar el límite de las responsabilidades políticas en el terreno funcionales decir, en el Ministerio de Seguridad, mientras la Justicia investiga lo ocurrido. Y Berni apunta a los responsables directos del operativo.

¿Existe otro trasfondo? Las especulaciones sobre una disputa de poder en la policía llevada a este terreno surgieron de inmediato en el circuito político, aunque aún en medios opositores se vuelcan más a considerar una pésima organización de prevención y control en el lugar. No se trataría, dicen, de un hecho aislado: sería consecuencia de la política de seguridad y del tipo de gestión. Se verá qué surge de la investigación judicial.

El agravante, en sentido político, es la saga que expone la interna del oficialismo. La renuncia de la ministra Gómez Alcorta potenció la imagen de devaluación del Gabinete. La funcionaria se fue cuestionando los operativos y las detenciones en tierras que permanecían ocupadas en Villa Mascardi. El mensaje descalificó al Presidente porque superó el nivel de Aníbal Fernández. Las posibles estribaciones de esa salida abren interrogantes sobre los próximos pasos en ese terreno.

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