Personal especializado de la policía realizó los peritajes correspondientes para establecer si el Chevrolet Corsa se tocó con otro auto o bien su conductor perdió el control por la alta velocidad. El cuerpo del infortunado joven yace cubierto por una manta junto al auto destrozado.
Un muchacho de 24 años, identificado como Jorge Cabero, pereció ayer y otros tres resultados lesionados, cuando el auto que ocupaban, un Chevrolet Corsa, protagonizó un espectacular vuelco en la ruta 43, con firmes indicios de haber sido protagonista de una de las habituales picadas que suceden en inmediaciones del Bridasaurio.
La comisaría Seccional Segunda de esa localidad no suministró ninguna información del suceso pero de acuerdo a lo difundido por el diario digital El Sur Hoy de esa misma localidad, el cuerpo de la víctima fatal quedó prácticamente partido en dos luego de ser despedido del habitáculo y se presume que era el conductor del vehículo.
El accidente se habría registrado alrededor de las 5:45 y trascendió que Cabero estaba a punto de ser padre ya que su mujer se hallaba internada a horas de dar a luz.
El sitio donde quedó el auto, en posición normal pero fuera de la ruta y seriamente destrozado, se encuentra a unos 200 metros de la enorme escultura metálica denominada Bridasaurio.
En ese lugar hay carteles donde se indica que la velocidad máxima permitida es de 40 Km/h pero son pocos los conductores que respetan ese tope y muchos de los jóvenes que en horas nocturnas acuden al lugar para probar la velocidad de sus autos y competir con otros en las tradicionales picadas, desechando el uso del autódromo “Tomás Bevilaqua”.
RAPIDO Y FURIOSO
Personal especializado de la policía realizó los peritajes correspondientes para establecer si el Chevrolet Corsa se tocó con otro auto o bien su conductor perdió el control por la alta velocidad y luego dio varios tumbos.
En principio se habría determinado que Cabero no llevaba puesto cinturón de seguridad y que luego de que el auto dio varios tumbos de trompa y de costado, fue despedido hacia el exterior y aplastado por el bólido.
A poco de sucedido el accidente, se escucharon interminables sirenas de patrulleros, bomberos y ambulancias que se dirigían y retornaban del lugar.
Los heridos –cuyos nombres no se pudieron establecer– fueron traslados de urgencia al Hospital Distrital. El sitio del accidente fue “vallado” por la policía hasta cerca del mediodía, procediéndose también a desviar el tránsito vehicular por arterias adyacentes, en tanto se daba intervención al Juzgado de Instrucción Nº 1, a cargo de Leonardo Cimini Hernández.
A todo esto, pudo saberse que las investigaciones policiales estaban también dirigidas a conocer que otros autos y personas estuvieron involucradas en este accidente ya que había firmes sospechas que todo se originó por las picadas.
Fuente: El Patagónico
