Para el juez «hay una masa de electores significativa» cuya voluntad por razones ajenas «se vio frustrada pudiendo ser determinante al resultado. La representación política, así dejadas las cosas, sería lábil, perdería esa legitimidad de origen que es determinante para la existencia misma de la autoridad del Estado».
Negó que se trate de una «doble vuelta» electoral, ya que sería «una reedición de la elección del 20 de marzo de 2011, autorizada por la ley» y ante los argumentos de presiones hacia los votantes, sostuvo que «bajo ningún concepto debe subestimarse al elector. El elector es y debe ser racional, reflexivo, libre», y argumentó que los argumentos -como la compra de votos- que tratan de proteger a los electores de una nueva votación, en realidad lo que hacen es «desmerecer al ciudadano».
Fuente: EL CHUBUT
