El seleccionado centroamericano marcó diferencias en el juego debut de ambos conjuntos en la Copa América Centenario que se juega en Estados Unidos. Blas Pérez marcó un doblete para el equipo de Hernán Darío Gómez, que llega bien aceitado para el choque con Argentina, el viernes.
No son cucos, tampoco demostraron mucha solidez anímica, porque sintieron un bajón tras el empate boliviano, regalado por el zaguero Cummings. Sí vale respetarlos y sería temerario subestimar a Panamá. La selección centroamericana, rival de Argentina el próximo viernes, tiene buen manejo de pelota y voluntad ofensiva.
De arranque los del Bolillo Gómez salieron a aplastar a Bolivia y consiguieron el gol tras una gran jugada colectiva concluida por Blas Pérez (aquel que enfrentó a Boca con Cúcuta en la Libertadores del 2007). Parecía que los panameños, vista la debilidad productiva de Bolivia, iban a abrochar la victoria con facilidad. Fue una sensación sostenida también en ímpetu ofensivo, con algunas individualidades de peso, como Quintero, de valor técnico.
El 1 a 1 de Arce fue el click en el partido, el que debilitó la estructura panameña al tiempo que animó a los bolivianos. Aunque los de Baldivieso por algo penan en las Eliminatorias: Duk falló patéticamente al errarle a la pelota en una chance clara.
Algunos gritos y el espíritu panameño sirvieron para desnivelar el partido. Fue muy bueno el 2 a 1, también de Blas Pérez, esta vez asistido por Arroyo tras gambetear a un rival que se caía solo.
La conclusión es clara: Panamá aparece como un adversario mucho más de temer que Bolivia para el futuro de los de Martino.
