Un grupo de padres y madres de la Escuela N° 203 del barrio Restinga Alí alzó la voz para visibilizar la crítica situación edilicia del establecimiento, tras el desprendimiento del cielorraso en un aula y un pasillo, hecho que ocurrió hace más de un mes y que dejó a una docente y a dos alumnas con lesiones leves. La preocupación crece entre la comunidad educativa, que denuncia años de abandono y desidia por parte del Estado provincial.
“Hace casi dos meses se cayó el techo de un sector nuevo de la escuela, que apenas tenía un año de uso, y desde entonces no se ha hecho nada”, relató Eli, mamá de una alumna, en diálogo con FM La Petrolera. “Una maestra y dos nenas resultaron golpeadas por el cielorraso. Por suerte no pasó una tragedia, pero el aula quedó clausurada y desde entonces, un curso por turno queda sin clases una vez por semana”, detalló.
“El año pasado llovía más adentro que afuera”, resume Eli con ironía amarga. “Se quemó el motor de la caldera por la humedad que entra por los techos rotos, y esa vez también estuvieron meses sin clases. Siempre lo mismo.”
Además, señalan que la escuela cuenta con solo dos tanques de 1800 litros para abastecerse durante los cortes de agua, algo insuficiente para la cantidad de alumnos. “Como padres tuvimos que comprar una bomba presurizadora hace dos años, y Obras Públicas nos prometió enviar personal para instalarla, pero nunca pasó nada”, denuncian.
Sin apoyo institucional
La familia lamenta que ni los directivos ni el personal docente salgan públicamente a hablar del tema. “No se quieren involucrar, tienen miedo o están atados de manos. Pero esto también los afecta a ellos”, afirmó Eli. De hecho, la docente que intentó proteger a los alumnos del cielorraso que caía debió ausentarse con boleta médica durante una semana.
A raíz de la falta de respuestas, los padres iniciaron una campaña de recolección de firmas, con la intención de presentar la nota ante la Dirección de la Escuela y, eventualmente, ante Obras Públicas. “Si no nos escuchan por las vías formales, vamos a seguir visibilizando lo que pasa. Nuestros hijos no tienen por qué asistir a una escuela que pone en riesgo su seguridad”, enfatizó la madre.
¿Vacaciones sin obras?
Con el receso invernal a la vuelta de la esquina, las familias esperaban que se aproveche ese tiempo para hacer tareas de mantenimiento. Sin embargo, no tienen muchas esperanzas. “Ya lo vivimos con mis hijos más grandes: en vacaciones no trabaja nadie”, denunció Eli. “Y así seguimos acumulando años de problemas sin resolver”.
Desde la comunidad educativa reclaman respuestas urgentes al Ministerio de Infraestructura y al Ministerio de Educación del Chubut. “La educación es un derecho, no una dádiva. Y ese derecho empieza por la infraestructura”, cierran.
