Perdía con Estudiantes y profundizaba su crisis, pero apareció Sarulyte (ex Pincha) en el final y terminaron firmando tablas. El empate le sirve poco a ambos. El Pincha suma seis sin ganar; los bahienses siguen últimos en los promedios.
Estudiantes y Olimpo terminaron firmando un punto que no les sirve de mucho y ratificaron que les falta mucho. Mereció un poquito más el conjunto de Pellegrino, aunque le supo liquidar la historia y lo pagó caro. De esta manera sumó su sexto encuentro sin triunfos. El Aurinegro mostró poco, sigue último en los promedios y penúltimo en la tabla. ¿Qué pasará con Perazzo?
El local arrancó enfocado, consciente de su necesidad. Y en pocos minutos se adueñó del protagonismo con una actitud más prepotente que en anteriores partidos. Pero la falta de claridad en los metros finales, una vez más, le complicó la vida. Sin contundencia, con el correr de los minutos se desdibujó y retornó a su discreto rendimiento de fechas pasadas (si bien la defensa mostró mayor solidez). El Pincha, por su parte, esperó de contra e intentó generar peligro con arrestos aislados de Román Martínez o Patito Rodríguez. No lo consiguió.
Tras el descanso, se vio lo mejor de los platenses. Porque salieron con otra cara y dejaron de lado esa parsimonia inicial. Crecieron los dos creadores de juego y a los ocho llegó el premio, exagerado: buen desborde de Silva y cabezazo cruzado de Auzqui. Fue el quiebre del trámite. Porque Olimpo enloqueció, perdió totalmente el eje y fue a buscar el empate sin ideas: desesperado. Con miles de centros sin sentido metió presión como pudo. La gente ya había perdido la paciencia. Hasta que llegó al 1 a 1, cuando el resultado parecía sellado. Iban 44′, apareció Sarulyte, ex Pincha, para empujar otro centro de Gil. Locura y desahogo en Bahía. Pero de fútbol, poco. Muy poco.
